19.3 C
Moquegua
21.5 C
Ilo
20.1 C
Omate
18.2 C
Arequipa
21.4 C
Mollendo
12 abril, 2025 12:37 pm

Los juegos que jugábamos

En una época donde bastaban un trompo, una honda o un simple palo para crear mundos de aventura, los niños reían en las calles y forjaban amistades verdaderas. Hoy, entre pantallas y silencios, evocamos aquellos juegos que nos enseñaron a vivir.

POR: NOLBERTO ARATA HURTADO     

Con los teléfonos móviles, las tablets y computadoras, los niños ya no juegan al aire libre, ni en las calles o lugares abiertos. Ahora son esclavos de las pantallas y no hacen ejercicio.

Hace muchos años, los niños, tanto hombres como mujeres, participaban en actividades grupales y al aire libre, y sus amigos eran verdaderos y no virtuales.

Ahora los padres están llevando a sus hijos al psicólogo o psiquiatra por su falta de comunicación o integración a grupos de trabajo en los colegios.

Creo, sinceramente, que en los colegios deberían hacerse concursos para motivar a los estudiantes a recuperar juegos que los integren y los hagan competitivos en forma real.

Podrían recuperarse muchos juegos, por ejemplo, recuerdo: palitroque, tejo, trompo, juego de bolitas, chololos o coquitos, rayuela, tiro al blanco con honda, chocolatillo caliente, la pega, las escondidas, cachacos y ladrones, las pandillas, las guerritas, concurso de rondadores, confección de cosas con chapas, bata, mete y saca, fulbito, yaz, las antorchas, las cometas, las ollitas, a la catuna no la des, concurso de adivinanzas, matatiru tirualán, concurso de trabalenguas, llevar la rueda o aro, competencia de carreras a pie, en bicicleta o patinetes, concurso de fuerza con la soga, la búsqueda del tesoro, concurso de glotones, carrera de encostalados, carreras de resistencia o media maratón, etc.

Una piedra, rayas y el mundo era nuestro.

Agradeceré sus aportes de otros juegos, y hay que redactar las descripciones de cada uno o competencia, y sería una buena que este año se realicen previos al bicentenario de la ahora Institución Emblemática “Simón Bolívar”, y los premios a los ganadores, que podrían ser pecuniarios, se entreguen en la fecha jubilar.

Recuerden el juego de palitroque, con mínimo 2 participantes, aunque casi siempre había más. Para este juego, los elementos básicos son 2 palitos de madera, uno aproximadamente de 40 centímetros de largo y otro de 10 cm. Este era cortado horizontalmente unos cm. por el centro y luego en vertical hasta el centro. El juego consistía en que el palito pequeño se ponía en el suelo y, antes de golpearlo, el jugador indicaba qué valor tendría el tiro. Se golpeaba con el palo largo y, cuando estaba en el aire, debería pegarle muy fuerte para que vaya lo más lejos posible y evitar que0 lo cojan o hagan “queche” los contendores, que casi siempre estaban a unos 3 o 4 metros de distancia. Si lo cogían, se terminaba el juego. Si no era atrapado, el lanzador ponía el palo en el suelo y el contendor, desde el punto donde había caído el palito, debía lanzarlo hacia el palo mayor y tratar de acertarle y así eliminarlo. De no acertar, el palo mayor servía para medir la distancia en que había quedado y así determinar los puntos ganados. Estos se anotaban a lo largo del juego para, al final, determinar al ganador.

Según la dificultad que tenía el lanzador, los puntos comenzaban en 100, que era cuando el palito estaba en el suelo y se golpeaba y se lanzaba. El de 1000: con una mano se agarraba la oreja y, por el espacio que quedaba, pasaba la mano con el palo lanzador. El de 10 000: el lanzador debería agarrarse una oreja y pasar el palo lanzador por debajo de una pierna. En el de 100 000: el lanzador se agarraba una oreja, se ponía en cuclillas y el palo lanzador iba por detrás de las piernas. Si en cualquiera de los intentos fallaba 2 veces, perdía y pasaba a otro jugador.

Sería un buen aporte para el futuro redactar la descripción de cada juego y dejar un testimonio motivacional, y que la realización de estos juegos se programe para distintas épocas o momentos del año.

Donde hoy hay pantallas, antes hubo risas con las canicas que llenaban la calle.

Análisis & Opinión