POR: MAG. JAIME CARPIO BANDA
En 13 años de ejecución del proyecto Lomas de Ilo, se han presupuestado S/ 349 506 094 (trescientos cuarenta y nueve millones quinientos seis mil noventa y cuatro soles), de los cuales S/ 269 807 885 (doscientos sesenta y nueve millones ochocientos siete mil ochocientos ochenta y cinco soles) han sido devengados, es decir, se ha gastado el 77.2 % del presupuesto total.
A pesar de esta inversión millonaria, el proyecto no ha sido concluido ni ha generado producción agrícola, lo que lo convierte en un “elefante blanco”. El proyecto debía completarse en 4 años (cuatro años), pero ya lleva más de una década sin resultados concretos.
¿Se puede decir que hay ineficiencia en la ejecución?
Primer periodo (2013 – 2014, Martín Vizcarra): Se ejecutaron más de S/ 145 000 000 (ciento cuarenta y cinco millones de soles), con un alto porcentaje de ejecución presupuestal.
Segundo periodo o gobierno regional (2015 – 2018, Jaime, Jamocho, Rodríguez): La inversión cayó drásticamente, reflejando un estancamiento en el proyecto.
Tercer periodo o gobierno regional (2019 – 2022, Zenón Cuevas): Se retomaron niveles de inversión más altos, aunque en 2022 solo se devengaron S/ 9 000 000 (nueve millones de soles) de S/ 27 500 000 (veintisiete millones quinientos mil soles) asignados, lo que indica una disminución de la capacidad de ejecución.
Cuarto periodo (2023 – 2025, Gilia Gutiérrez): Aunque en 2024 se ejecutaron S/ 20 000 000 (veinte millones de soles), en 2025 la ejecución ha caído drásticamente a solo S/ 361 859 (trescientos sesenta y un mil ochocientos cincuenta y nueve soles) hasta febrero, lo que indica un probable estancamiento o paralización total del proyecto.
El gasto de recursos sin obtener resultados indica problemas de gestión y planificación.
La escasa transparencia y posible corrupción explican la falta de avance a pesar de los altos montos invertidos; ello sugiere irregularidades en la administración del proyecto.
El proyecto Lomas de Ilo es un claro caso de ineficiencia del gobierno regional. A pesar de haber gastado el 77.2 % del presupuesto total, no ha generado ningún beneficio tangible en términos de producción agrícola. Este tipo de gestión demuestra una falta de planificación, supervisión y transparencia en el uso de recursos públicos.
