Por: Edgard Norberto “Beto” Lajo Paredes
No hay mejor obra que atender a la persona en estado de necesidad y abandono, no hay mejor forma de hacerlo que buscando uno mismo la solución y llevarla a cabo, incluso, asumiendo conscientemente, los riesgos de denuncias, todavía si no se tiene ningún vínculo familiar ni amical, más aún, si la buena samaritana es joven, ayudando a un adulto mayor necesitado; lo más hermoso, empezar su informe, en primer lugar, reconociendo y agradeciendo a quienes apoyaron en dicha obra humana, mencionando sus nombres. Tal hecho, evidencia la sensibilidad humana de la regidora Érika Alejandra Saba Casapía.
SOLUCIÓN FUE COMPLETA
El otro aspecto a destacar es la solución completa dado al problema de desamparo del ciudadano: se le cobijó provisionalmente, en un ambiente del otrora Hotel de Turistas; se le dotó de elementales bienes para el descanso y abrigo; se le proporcionó de alimentación e indumentaria adecuada y se gestionó con éxito su admisión en el Asilo de Mollendo. Resultado, el problema desapareció definitivamente, porque se solucionó en forma completa. Un ejemplo a emular.
HIJA DE MAGDA CASAPÍA
Su sensibilidad humana, la ha heredado de su respetable mamá Magda Casapía, también fue regidora de buen desempeño, profesora de convicciones democráticas, oradora enérgica, y de mucha emoción social; soy testigo de excepción, de su actuar fraterno, solidario y desprendimiento, en aquellas actividades anuales de la Navidad del Niño del Pueblo. En una ocasión, dirigidos por Magda Casapía, juntamos una buena cantidad de juguetes para los niños, los mismos se distribuyeron en la víspera del nacimiento del niño Jesús; pero, faltó regalo para un niño, recién había llegado con su progenitora, no estando en la lista previa y anticipadamente, elaborada. La compañera Magda me dio la misión de entretenerlos, me dijo: “ahorita vengo”, cumplí el cometido, regresó con juguetes que compró con su peculio; así, ningún niño se quedó sin su preciado juguete en aquella navidad. Magda, seguro no se acuerda de este fraterno y emotivo suceso, pero el autor –era adolescente en aquel entonces-, siempre lo tengo presente, valga la oportunidad para hacerlo público.
Los gobernantes, aparte de convicción democrática, talento político, capacidad técnica, soporte organizacional, liderazgo cívico; deben tener sensibilidad humana y emoción social.