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15 abril, 2025 12:03 pm

Las mentiras de la traición: Gilia Gutiérrez y el engaño de las represas

 La cláusula 4.1.2 del convenio es una joya del cinismo buro-crático. Mientras consagra la ejecución de Yanapuquio, ofrece a Moquegua estudios complementarios. Y eso sí, se ejecutarán en paralelo. Es decir: mientras allá avanzan con obras, acá avanzamos con papeles. Lo repito: una idea para Moquegua, una represa para Are-quipa.

POR: ABOG. LUIS MIGUEL CAYA SALAZAR      

La Real Academia Española define la traición como la ruptura de la fidelidad debida. En Moquegua, esa definición tiene nombre propio: Gilia Gutiérrez Ayala, la gobernadora que lloró frente a las cámaras y firmó, según algunos, por debajo de la mesa. Que juró lealtad al pueblo mientras afilaba la daga. Que se cubrió con la bandera de Moquegua y, ya en Lima, la usó para limpiar el escritorio del ministro de Agricultura.

En diciembre de 2024, Gilia Gutiérrez —con tono de mártir y actuación de telenovela mexicana— se rasgó las vestiduras frente al ministro de Economía, a los alcaldes, a las cámaras y a la región Moquegua. Denunció entre lágrimas que Yanapuquio sería usado como ofrenda para viabilizar el proyecto Tía María. Dijo que eso no lo permitiría. Lloró, incluso. ¡Qué escena!

Unos meses después de su llanto, firmó el Convenio N.° 058-2025, que precisamente allana el camino para aquello que dijo que jamás permitiría. Si esto no es traición, entonces que alguien actualice el diccionario.

Y YANAPUQUIO FUE PARA AREQUIPA

El 21 de marzo, en una cómoda reunión en Lima —lejos del sol de Moquegua y de la presión social— Gilia Gutiérrez concretó lo que ya se venía cocinando. Al día siguiente, el propio ministro de Agricultura celebró la entrega: Yanapuquio —dijo— resolvería “el dilema entre agricultura y minería en el Valle de Tambo”, permitiendo que Tía María respire más tranquila. O sea: la represa para Arequipa, la paz para Southern y el vaso vacío para Moquegua.

MENTIRAS QUE NO SE SONROJAN

Para justificar el pacto, la gobernadora recurrió a uno de sus talentos: mentir con convicción. Alegó que el convenio solo seguía las recomendaciones de la Comisión Técnica Regional de Recursos Hídricos. Pero omitió un pequeño detalle: la Comisión nunca autorizó la ejecución de Yanapuquio, apenas pidió información. Información, no ejecución de Yanapuquio. Un matiz que parece escaparle a la gobernadora regional.

PALTUTURE: UNA IDEA, NO UN PROYECTO

Mientras Yanapuquio se ejecutará —literalmente—, Paltuture apenas será reactivado. ¿Qué significa eso? Nada. Reactivar un proyecto en el Perú puede significar escribir un tuit. Puede ser un PowerPoint olvidado. Y la promesa más generosa que ofrece el convenio es que se llegará hasta la “inscripción de idea”. ¿Eso emociona a alguien? ¿En serio?

Mientras Arequipa tendrá una represa con concreto, maquinaria y agua, Moquegua recibirá una “idea”. Un concepto. Una intención. Un airecito de esperanza. Es como prometerle a un niño un juguete… en la próxima vida.

EL ARTE DE TRAICIONAR CON FIRMA Y SONRISA

La cláusula 4.1.2 del convenio es una joya del cinismo burocrático. Mientras consagra la ejecución de Yanapuquio, ofrece a Moquegua estudios complementarios. Y eso sí, se ejecutarán en paralelo. Es decir: mientras allá avanzan con obras, acá avanzamos con papeles.

Lo repito: una idea para Moquegua, una represa para Arequipa.

Una traición ejecutada con el sello oficial y la mano de quien juró defendernos.

EL ENGAÑO COMO POLÍTICA PÚBLICA

Esta vez no fue Lima. No fue el centralismo. No fue el olvido. Esta vez, la puñalada vino desde adentro, desde el despacho principal del Gobierno Regional. La traición tiene nombre, firma y cargo. Y, aunque muchos aún no lo quieran creer, la mentira se ha convertido en el idioma oficial de esta gestión.

El 7 de diciembre de 2024, Gilia Gutiérrez lloró y prometió encadenarse para defender Yanapuquio. Hoy, su firma avala su entrega.

Análisis & Opinión