POR: LIC. ADM. DAVID DIEGO OVIEDO TURPO
En los últimos años, Arequipa ha venido fortaleciendo su ecosistema de innovación, impulsado por incubadoras universitarias, privadas y organizaciones que buscan promover el emprendimiento tecnológico. Sin embargo, a pesar del creciente interés, el ecosistema regional aún enfrenta importantes desafíos que condicionan la sostenibilidad y escalabilidad de las startups.
Uno de los principales retos es el acceso limitado a financiamiento temprano. La mayoría de incubadoras ofrecen mentoría, espacios de trabajo y acompañamiento metodológico, pero pocas logran articularse de manera efectiva con inversionistas ángeles o fondos de capital semilla. Esta brecha obliga a muchos emprendedores a migrar a Lima o buscar inversión en el extranjero, debilitando el desarrollo local del ecosistema arequipeño y generando fugas de talento.
Otro desafío relevante es la limitada cultura de innovación dentro del sector empresarial tradicional. Muchas compañías consolidadas no ven a las startups como aliadas para resolver problemas, mejorar procesos o explorar nuevos modelos de negocio. Esta falta de apertura limita la posibilidad de realizar pilotos, validaciones comerciales y proyectos colaborativos en contextos reales, elementos esenciales para generar tracción y sostenibilidad en los emprendimientos tecnológicos.
A ello se suma la necesidad de profesionalizar aún más a las incubadoras de la región. Aunque algunas aplican buenas prácticas, muchas todavía presentan brechas en metodologías de aceleración, redes internacionales, especialización sectorial y estrategias de escalabilidad. El fortalecimiento institucional es fundamental para ofrecer servicios más competitivos y alineados con los estándares globales del ecosistema startup.
Pese a ello, Arequipa posee un potencial significativo: un alto nivel académico, un tejido empresarial sólido y talento joven que busca oportunidades innovadoras. La región también se ha convertido en un polo económico del sur del país, lo cual permite proyectar un ecosistema de innovación con capacidad de impacto si se articula adecuadamente a los actores relevantes.
Para avanzar hacia un modelo más robusto, se recomiendan acciones clave: fortalecer vínculos con fondos de inversión regionales y redes de inversionistas; promover programas de innovación abierta con empresas locales; fomentar la formación continua de mentores y gestores; impulsar la internacionalización temprana de emprendimientos; y promover políticas públicas que incentiven la investigación aplicada, la digitalización y la inversión en innovación.
En conclusión, el 2026 representa una oportunidad decisiva para las incubadoras de Arequipa. No basta con acompañar emprendedores; es necesario asumir un rol transformador que dinamice el ecosistema, promueva la colaboración entre actores y convierta a la región en un referente de emprendimiento tecnológico en el sur del Perú. Con visión estratégica, mayor articulación y una apuesta real por la innovación, Arequipa puede consolidarse como un verdadero hub de startups.

