Antes de quitarse la vida con un disparo en la cabeza, el expresidente Alan García Pérez dejó una carta que fue leída póstumamente en el velatorio en la “Casa del Pueblo”.
Estas son las frases más saltantes contenidas en la misiva:
“Cumplí la misión de conducir el aprismo al poder en dos ocasiones e impulsamos otra vez su fuerza social. Creo que esa fue la misión de mi existencia (…)”.
“(…) nuestros adversarios optaron por la estrategia de criminalizarme durante más de 30 años, pero jamás encontraron nada y los derroté nuevamente (…)”.
“(…) he visto como se utilizan los procedimientos para humillar o vejar y no para encontrar verdades”.
“Por muchos años me situé por sobre los insultos, me defendí (…)”.
“No hubo ni habrá cuentas, ni sobornos, ni riquezas (…).
“La historia tiene más valor que cualquier riqueza material. Nunca podría haber precio suficiente para quebrar mi orgullo de aprista y de peruano”.
“Por eso repetí: otros se venden, yo no”.
“Cumplido mi deber en la política y en las obras hechas para el pueblo, alcanzadas las metas que otros países o gobiernos no han logrado, no tengo por qué aceptar vejámenes.”
“He visto a otros desfilar esposados, guardando su miserable existencia. Pero Alan García no tiene por qué sufrir esas injusticias y circos (…)”
“(…) por eso le dejo a mis hijos la dignidad de mis decisiones, a mis compañeros una señal de orgullo, y mi cadáver como una muestra de mi desprecio hacia mis adversarios porque ya cumplí la misión que me impuse”.
“Que Dios, al que voy con dignidad, proteja a los de buen corazón y a los más humildes.”