domingo, 23 de noviembre de 2025
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¿Las dietas vegetarianas son siempre más saludables?

Ser vegetariano no garantiza salud; lo que realmente marca la diferencia es la calidad y el equilibrio de los alimentos que se consumen.

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POR: NATALY ZAÁ (COACH Y MENTORA EN DESARROLLO PERSONAL Y FITNESS)

Durante los últimos años, el vegetarianismo ha ganado terreno como una opción asociada a bienestar, ética y sostenibilidad. Sin embargo, muchas personas asumen que eliminar la carne automáticamente convierte su alimentación en “más saludable”. La realidad es más compleja: una dieta vegetariana puede ser muy beneficiosa, pero solo si está bien planificada. De lo contrario, puede generar deficiencias y desequilibrios igual o incluso mayores que una alimentación convencional desordenada.

UNA ELECCIÓN QUE VA MÁS ALLÁ DE LA MODA

Adoptar un estilo de vida vegetariano puede responder a razones éticas, ambientales o de salud. En Moquegua, por ejemplo, cada vez más personas se interesan por reducir su consumo de carne como una forma de cuidar su cuerpo y el planeta.

Sin embargo, no basta con reemplazar la carne por arroz o fideos. El cuerpo necesita una variedad de nutrientes que deben provenir de fuentes vegetales bien combinadas. Ser vegetariano no garantiza salud; lo que realmente marca la diferencia es la calidad y el equilibrio de los alimentos que se consumen.

EL RIESGO DE LA “DIETA BLANCA”

Uno de los errores más comunes entre quienes inician este camino es caer en la llamada “dieta blanca”: pan, arroz, papas, pastas, queso y poco más.

Aunque estos alimentos aportan energía, no brindan los micronutrientes necesarios para el funcionamiento óptimo del cuerpo. Sin suficiente proteína, hierro, zinc, calcio o vitamina B12, aparecen síntomas como fatiga, caída del cabello, palidez o dificultad para concentrarse.

Comer vegetariano no significa comer solo carbohidratos. Significa aprender a balancear los grupos alimenticios para cubrir todas las necesidades del organismo.

LOS PILARES DE UNA DIETA VEGETAL EQUILIBRADA

Una alimentación vegetariana saludable debe incluir variedad y planificación. Algunos pilares esenciales son:

Proteínas vegetales completas: combinar legumbres (lentejas, frejoles, garbanzos) con cereales integrales (quinoa, arroz integral, avena) para obtener todos los aminoácidos esenciales.

Hierro y vitamina C: el hierro vegetal se absorbe mejor cuando se acompaña con fuentes de vitamina C, como limón, naranja o pimientos.

Grasas saludables: incorporar palta, frutos secos, semillas de chía, linaza o aceite de oliva.

Fuentes de calcio vegetal: tofu, bebidas vegetales fortificadas o verduras verdes oscuras.

Vitamina B12: fundamental para el sistema nervioso, debe suplementarse o consumirse mediante alimentos fortificados.

Una dieta vegetal puede ser sumamente nutritiva si se planifica con conocimiento. En cambio, si se basa solo en restricciones o sustitutos ultraprocesados, pierde su valor.

ENTRE EL EQUILIBRIO Y LA CONCIENCIA

El vegetarianismo bien llevado puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y ciertos tipos de cáncer. También puede favorecer una digestión más ligera y un mejor control del peso corporal.

No obstante, lo más importante no es si comes carne o no, sino cómo te relacionas con la comida.

Muchas personas buscan en las etiquetas “vegetariano” o “vegano” un sello de salud, pero en realidad hay productos ultraprocesados —galletas, embutidos o bebidas vegetales azucaradas— que poco aportan al bienestar. La salud no se define por una etiqueta, sino por la conciencia con la que eliges y equilibras lo que comes.

ALIMENTARTE DESDE EL AMOR Y NO DESDE LA RESTRICCIÓN

Cada cuerpo es único. Algunas personas se sienten plenas con una dieta basada en plantas; otras, no. Escuchar al cuerpo, respetar sus señales y buscar asesoría profesional antes de hacer cambios radicales es fundamental.

La alimentación debe ser una expresión de amor propio, no un campo de batalla entre lo que “deberías” comer y lo que realmente necesitas.

Comer bien no es dejar de lado grupos de alimentos, sino aprender a integrarlos con inteligencia y propósito.

En fechas como el aniversario de Moquegua, en las que compartimos comidas típicas, familia y tradición, vale la pena recordar que la salud no depende de la perfección, sino de la coherencia. Disfrutar un plato local con gratitud puede ser tan saludable como una ensalada bien servida. Lo importante es mantener el equilibrio, la moderación y el respeto hacia el propio cuerpo.

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