El corrupto se forma gracias a conductas aprendidas o vistas desde muy pequeño en casa, las cuales son reforzadas por los padres de familia muchas veces sin darse cuenta.
Así lo manifestó el psiquiatra Guillermo Ladd, titular de la Dirección de Adultos y Adultos Mayores del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado – Hideyo Noguchi, para quien los corruptos se gestan en casa y se consolidan por la ausencia de control de sus padres, quienes muchas veces son un mal ejemplo.
“La conducta paterna que no está dirigida a regular o educar las pasiones que todo niño tiene, como el egoísmo, la falta de solidaridad con el otro, entre otras, abre un camino directo al desarrollo de actos indebidos, primero, al interior del hogar y después en la vida pública.
Aunque la corrupción, básicamente, se desarrolla en situaciones donde existe una figura de autoridad que negocia favores, el experto dijo que existe también en el ámbito más doméstico.
“Existe una corrupción macro, que se da a nivel del Estado, y una micro que se da a nivel cotidiano, en la que podemos estar sumergidos sin saberlo” y que se evidencia en nuestra manera de pensar y actuar, advirtió en el programa Saludable Mente de Andina Canal Online.
Tras indicar que los corruptos se caracterizan por su falta de empatía (no les interesa perjudicar a otros), ausencia de culpa y rasgos narcisistas; el doctor Ladd enumeró algunas conductas que pueden contribuir a criar hijos que más adelante se convertirán en corruptos.
LAS DIEZ FORMAS
1.- Mentir y pedir que otro continúe tu mentira, como cuando uno dice que no está en casa cuando lo buscan.
2.- Saltarse el turno de espera (la cola) o aprovecharse de las facilidades (estacionamiento, cola preferencial) que se les ofrece a personas con alguna condición especial como discapacidad, embarazo, vejez, etc.
3.- Negociar con las autoridades cuando se cometen faltas, en lugar de acatar las sanciones o consecuencias de tus actos. Coimear a la policía de tránsito después de una infracción es un ejemplo común de ello.
4.- Buscar el apoyo de “el amigo” o “el hermano” para acceder a beneficios que no te corresponden y que otros ganan en base a méritos. Esto ocurre para ganar puestos de trabajo, licitaciones, contrataciones, entre otros.
5.- Ambición sin límites que solo te hace pensar en ti mismo, en lograr el mayor beneficio de todo cuanto esté a tu alcance, pasando por encima de otros.
6.- Actuar bajo el supuesto que, si otros hacen algo indebido, ilegal, yo también puedo y debo, porque de lo contrario «soy un quedado”, “un tonto”.
7.- Alentar el abuso y prepotencia en las relaciones que se mantiene con otros. Por ejemplo, respaldar el bullying que tu hijo hace en el colegio y no corregirlo.
8.- No tener capacidad de empatía o de ponerse en los zapatos de los otros, de los más débiles.
9.- Maltratar a las personas que trabajan en el hogar y ejercer abuso contra ellas. No reconocer sus derechos y dignidad.
10.- Usar lenguaje racista es una muestra más de violencia y abuso ejercidos por quienes tienen inclinaciones corruptas.
El experto recomendó a los padres de familia ser muy cuidadosos con lo que dicen y hacen delante de sus hijos, porque siempre serán modelos a seguir. Sus conductas serán copiadas y replicadas sin mayor análisis.
“Si se partiera de una adecuada educación en el contexto familiar, que es donde se forma el corrupto, y se eliminara todos comportamientos que alientan la corrupción, castigando a quienes corrompen o se dejan corromper podríamos cambiar las cosas. Si queremos que las cosas cambien debemos empezar por casa”, indicó.