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23 septiembre, 2024 11:01 am

La solvencia de los bancos y financieras

Para ser solventes, tienen que vender sus productos y servicios. Si lo hacen bien, tienen utilidades y pueden acceder a créditos o reinvertir sus ganancias.

POR: JORGE ACOSTA ZEVALLOS (ECONOMISTA DEL CEOP ILO)    

El reciente anuncio de la intervención de la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS) de la financiera Credinka por carecer de solvencia financiera ha incrementado las interrogantes sobre otras financieras en las que muchos tienen depositados sus ahorros. Los antecedentes de cooperativas y, recientemente, de la Caja Sullana acrecientan estas preocupaciones. Y es entendible, pues para muchos, se trata de los ahorros de toda su vida. Sin embargo, los tiempos han cambiado, y buena parte de los bancos y financieras están en el sistema financiero formal. Las instituciones de crédito informales, si bien aún existen, se han reducido y son fácilmente identificables.

Para entender el sistema financiero, empecemos por diferenciarlas de las empresas comerciales o de producción. Estas últimas se dedican a vender bienes o servicios; sus activos son el dinero disponible, sus edificios, maquinarias, equipos y stock de mercancías, y sus pasivos son las deudas que tienen, generalmente con el sector financiero. Para ser solventes, tienen que vender sus productos y servicios. Si lo hacen bien, tienen utilidades y pueden acceder a créditos o reinvertir sus ganancias.

Muy diferentes son los bancos y financieras, que son básicamente intermediarios. Captan depósitos del público y de las empresas, sobre los cuales pagan intereses, y al mismo tiempo colocan esos ingresos en el mercado, también para el público y empresas. El negocio de los bancos y financieras consiste en pagar por los depósitos menos intereses de los que cobran por los préstamos que otorgan. Entonces, si cuentan con numerosos depositantes, tienen más posibilidades de prestar el mismo dinero a los clientes que acuden a solicitarlo.

La pregunta consiguiente es por qué algunas de ellas se convierten en insolventes. Comencemos por definir qué es la solvencia. La solvencia económica y financiera significa que una institución financiera tiene la capacidad de cumplir con las deudas y obligaciones con aquellos que confiaron en ella sus depósitos de manera inmediata y oportuna. La falta de solvencia se aprecia cuando el ahorrista acude al banco, caja o cooperativa y no le facilitan el retiro de su dinero. Si esta situación continúa, puede ocurrir un pánico financiero. Por supuesto, la gente se desespera, y la corrida bancaria ocurre porque todos acuden a hacer lo mismo. En el pasado, esto ocurrió principalmente con financieras informales, como el famoso CLAE del «cheverengue».

Hoy está prohibido que los bancos, cajas y cooperativas sean informales, debido a estos antecedentes. Deben estar en el sistema financiero, lo que significa que deben dejar reservas en el Banco Central y transparentar su información de manera clara, para que el público conozca cómo están las cuentas de la institución en la que confían sus ahorros o depósitos.

Cualquier usuario puede, por ejemplo, ingresar a la página de la SBS y ver el balance general, el estado de ingresos y egresos, y calcular la solvencia de la entidad con varios métodos. Entre los principales, está la división entre el Activo (lo que posee) y los Pasivos (lo que debe); también, la división entre la Deuda total y el total de los activos.

Otro ratio es el capital propio en relación al Activo total. Si esto resulta muy complejo de entender, se puede solicitar el asesoramiento de un profesional o especialista en finanzas. Si los resultados son positivos, la financiera es solvente; si son negativos, es insolvente, es decir, no está en buena salud financiera.

En este último caso, la SBS debe intervenir obligatoriamente, para garantizar los depósitos de los ahorristas y encontrar la forma de cobrar a quienes le deben a la financiera. Esto ocurrió con la Caja Sullana, que fue comprada por la Caja Piura.

Es importante tener en cuenta que algunas financieras regionales están pasando por dificultades, tal como se ha revelado en La Prensa Regional. Una recomendación final es no caer en manos de los prestamistas informales, que nos dejan anuncios debajo de nuestras puertas, ofreciendo supuestos créditos atractivos con bajos intereses, pero que terminan en amenazas y acosos sin límites.

Análisis & Opinión