POR: NOLBERTO ARATA HURTADO

La vida es la secuencia de eventos que nos dan alegrías, satisfacciones, relaciones vitales, y desarrollamos los vínculos sociales, culturales, profesionales, amicales, familiares, y aunque parezca contradictorio, llega el momento crucial de la vida: la muerte.

Sí, la muerte.

Si en nuestro Moquegua ese momento te llega en forma repentina, la familia o los allegados se enfrentan a algo terrible, y si el destino hace que sea en un fin de semana, no es solo terrible, sino estremecedor.

Narro algo real que me han comentado. Parece película de terror.

La madrugada de este sábado 4 de enero de 2025, una persona llega a su casa y, en forma intempestiva, cae al suelo. Está solo. En la madrugada, un familiar al levantarse se da con la desagradable sorpresa. Trata de levantarlo en la esperanza de que esté dormido, no reacciona, y con angustia presiente que está muerto.

Llama a los familiares y luego a la policía.

Llega la policía y dice: llamaremos al señor fiscal, pero hoy es sábado y no sabemos a qué hora vendrá. Pasan las horas y llega el fiscal, verifica la situación y autoriza el levantamiento del cuerpo para cumplir con el siguiente paso del procedimiento: la autopsia.

¡Sorpresa!

En Moquegua, la capital de la provincia Mariscal Nieto, donde supuestamente está uno de los más modernos hospitales, no hay morgue ni médico legista que practique la autopsia. Esto no es parte de una película de ficción o terror. Está sucediendo en nuestro Moquegua, donde viven más de 80,000 personas. ¿Qué pasará cuando esto sucede en las poblaciones alejadas, por ejemplo, Carumas? También me pregunto: los de General Sánchez Cerro, ¿deben llevar los cuerpos a Arequipa?

Les indican: el cuerpo debe trasladarse a Ilo.

Es llevado a Ilo. Lo ingresan y luego informan a los familiares: el médico legista no trabaja ni sábado ni domingo; por tanto, la autopsia recién será el lunes.

Se ruega, se suplica, se implora que le hagan la autopsia. La respuesta tiene la burocrática frialdad deshumanizada: ¡esperen hasta el lunes!

Analizo, ¿esto es nuevo? ¿Es de conocimiento de nuestras autoridades? ¿Han hecho algo para remediar esta situación que atenta contra el buen servicio a la comunidad y al decoro? ¿O la indiferencia de nuestras autoridades es tal que no les afecta ni conmueve ni hay empatía ante el dolor humano?

¿O pondrán precio a este dolor, argumentando que las estadísticas de eventos de esta naturaleza o similares a nivel provincia Mariscal Nieto no justifican el gasto? No piensan en los sentimientos humanos, en la angustia, en el desamparo.

No sé qué entidad es responsable de solucionar este problema: el Ministerio de Salud, el Gobierno Regional, la Beneficencia; pero considero que todas deben velar por la tranquilidad de los pobladores, en especial de quienes, en circunstancias similares, sufren la pérdida de un familiar.

En esta situación de angustia y desamparo también involucro a la Beneficencia Pública de Moquegua, que debería tener la posibilidad de entregar sepulturas no solo al contado, ya que muchas veces es imposible cubrir de inmediato los altísimos costos que cobran por los nichos. Tampoco tienen un horno crematorio para incinerar cadáveres. Una sana preocupación sobre esta institución, que siempre se consideró de ayuda, pero todo parece indicar que se han burocratizado, han perdido el espíritu solidario, y ahora es una fría entidad de lucro.

Invoco a todos a tomar conciencia de esta situación, y especialmente a las autoridades, para que ejecuten acciones y solucionen este problema.