POR: RONY FLOR COAYLA
El aciago 2020 fue un año para el olvido, porque no se pudo estudiar a plenitud, todo fue virtual y “cero” presencial. La Promoción “Bodas de Oro” de la Gran Unidad Escolar Simón Bolívar, fue una de las que se quedó con “la mesa servida”, no hubo reunión, reencuentro de camaradería y menos la oportunidad de rendirle un homenaje a su añorada alma mater, como sucedía todos los años organizado por los cientos de egresados.
Esa promoción fue como todas, sobresaliente, con decir que, entre los integrantes de ese grupo de muchachos, hoy veteranos, que dejaron las aulas en 1970, está el vigente gobernador regional de Moquegua, Zenón Cuevas Pare, y notables profesionales que radican en Moquegua y otras partes del país.
Se trata de la promoción que egresó hace 50 años de la Gran Unidad Escolar Simón Bolívar, institución educativa que formó parte de un conjunto de 50 creadas y construidas en el Perú a partir de los años 1950 como política de estado del Plan Nacional de Educación, durante el Gobierno de Manuel Odría. Para 1970, existían 100 en todo el país, aunque no había en todas las ciudades, por eso muchos jóvenes migraban para estudiar la secundaria y a la ciudad de Moquegua también llegaron.
En la gran unidad, los muchachos tras estudiar hasta tercero en secundaria, los separaban en dos grupos para terminar quinto, ciencias y letras; la promoción de los primeros llevó el nombre de “José Olaya” y la segunda “Túpac Amaru”. En ese entonces eran más los que preferían las ciencias.
Allí estaban con nombres y sobrenombres: Ramiro Angulo, Juan “Loro” Aliaga (+), Miguel Apaza, Octavio “Tavo” Badoino (+), Guillermo “Gallo Flaco” Barrios Vizcarra, Antonio “Cabezón” Bensa, César “Allojore” Barrios Cáceres, Lorenzo Butrón (+), Néstor “Nino” Cáceres, Milciades Calizaya, José “Che” Campos, Percy “Pato” Castillo, Manuel “Zorro” Centeno Alvarado, Juan Centeno Zapata, Melecio Córdova Cuayla, Isauro Córdova Falcón, Juan Cori, Fernando Cornejo Herrera, Félix “Toño” Cornejo Morán, Néstor “Torrejas” Cornejo Zúñiga, Jesús “Zurdo” Cossio, Miguel Cruz Tapia, Demetrio Cuayla Flores, Juan Cuayla Gámez, Genaro Cuayla Rosado, Luis Cuellar, Zenón Cuevas Pare, José De la Barra, Víctor “Tiutiu” Díaz Fernández Dávila (+), Fernando “Loco” Díaz Rodríguez (+), Víctor Farfán, Carlos “Loco” Farje Cornejo, Augusto “Clérigo” Filinich, Jacinto Flor Laime, Juan Flores Calizaya, Ermilio “Gallito” Flores Juárez, Jesús Guillen (+), Juan Juárez Amésquita, Tomás “Beto” Juárez Vera, Carlos “Cristo Pobre” León, Walter “Pichirles” Linares (+), Luis Mamani, Juan Manchego, Alejandro Malca, Celso “Conejo” Montalvo, César Obando, Rómulo “El Chino” Pari, José Antonio Parras, Antonio “Gordo” Pauro (+), Juan y Raúl “Ruli” Peña, Raúl “El Burro” Perea, Dante “Pato Vinicio” Pinto, Alberto “Zapatos Rotos” Portugal, Javier Ramírez, Francisco y Jorge Ramos Gutiérrez (+), Hermilio “Capulina” Rivera, Luis “Qué rica mano” Revilla (+), Martín “Chivatera” Revilla, Alejandro “Beto” Rivadeneira, Gil Salas (+), José “Cocobolito” Salas Olivera, Jesús “Cachito” Salas Pérez, Mario Salas Pino, Luis “El Muerto” Salas Zegarra, Arnaldo Soto Amésquita, Timoteo Soto Sosa, Martín “Cejas” Tapia (+), Domingo y Sabino Toala Espinoza, Esteban y Roderico “Rurro” Torres Cruz, Humberto Trillo, Gregorio “La Bruja de Chujulay” Valdez (+), Fausto “La Grabadora” Vargas Albarracín, Alfredo Velásquez, Oscar “Chaparrón” Vélez, Francisco “Tongolele” Vera Juárez, Celso “Brotherinlow” Vera Suarez, José “Chato Rey” Villanueva, Mario Vizcarra Cornejo, Jorge “Vaca Pacheña” Vizcarra Mamani, Reynaldo “Vinios” Wirlos, Pablo “Zapatita” Zapata Cruz, Honorato “Abelito” Zapata Ponce (+), Carlos “Piruncho” Zeballos Eyzaguirre, Rusbel Zeballos Dávila y Rafael Zegarra. Fue tutor el maestro Saúl Pérez, a quien le pusieron la chapa “Pistolero”.
Uno de los que siempre se distinguió sacando diplomas como uno en aprovechamiento era Edwin Vargas Albarracín, también tenía buena memoria y lo llamaban “Grabadora”. Otro que “no aguantaba pulgas” fue Raúl Peña, todo lo quería resolver a golpes, aunque nunca le faltó un buen gallo. En deportes, se podría decir que casi todos fueron buenos, pero quien llegó hacer carrera en la selección peruana de básquet fue César Barrios Cáceres, con cariño “Allojore”.
Para los desfiles por fiestas patrias y aniversario de Moquegua, la competencia eran los estudiantes del Colegio Técnico Agropecuario, aunque eran menos, terminaban mayorcitos la secundaria. Como hijos de agricultores daba la impresión que fueran más rudos.
Fueron esos tiempos cuando el aniversario del colegio era para la recordación, eventos deportivos, artísticos, desfile, antorchas y la serenata con bingo millonario para rematar con una fiesta y orquesta bailando hasta el amanecer.
Para el 2020 se tuvo un programa especial por las Bodas de Oro, pero todo quedó en nada debido a las restricciones y cuarentena. Se alistaban para un desfile inédito en la plaza de Moquegua, todo estaba listo para mandar a confeccionar uniformes, como en la época del año que egresaron. El financiamiento iba por cuenta del gobernador Cuevas Pare, pero se interrumpió totalmente el programa de aniversario del colegio.
Una de las sorpresas del aniversario la iba a presentar Rusbel Zeballos Dávila, con muchos años de servicio en la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa, traería equipos de laboratorio para que sus compañeros hicieran una clase magistral debido a que, en tiempos de la secundaria, fueron expertos en materias como física y química; pero no fue posible por la pandemia.
Y cuando terminaron, como aquí no había universidad, buena parte migró, años después algunos volvieron para ejercer la profesión y otros se quedaron para siempre en otras tierras. Todo dependía de las posibilidades económicas de los padres de familia. Unos se hicieron ingenieros, abogados, maestros, trabajadores mineros, contadores y arquitectos, entre otras profesiones y oficios, pero sobresalieron.
…y ahora “zapatos rotos”
En la misma promoción, era setiembre el año 1970, con motivo del aniversario de la Gran Unidad Escolar Simón Bolívar, el alumno Alberto Portugal Vélez, participó en el concurso de canto con el tema: «Zapatos Rotos» del grupo «Los Náufragos». Era la canción del momento, todos (grandes y chicos) la tarareaban y alguien la tenía que cantar en el patio del plantel.
Alberto que llegaba procedente de Tacna, fue contra todo pronóstico, le ganó al mismo Jesús Dancé, quien después integró el afamado grupo local Los Teiscos, y pasó a convertirse en una de las mejores voces de su centro de estudios y la ciudad de Moquegua. Aunque poco tiempo después cayó ante el indiscutible Dancé en otro concurso público.
Para el 2020, como parte de las actividades de la Promoción Bodas de Oro, de la ahora emblemática Institución Educativa Simón Bolívar, se comprometió en participar en la reunión virtual promovida por Gustavo Valcárcel, donde también cantaría el mismo tema que le valió para ganarse, hace 50 años, el apelativo de «Zapatos Rotos».
Si no se interrumpían las actividades por culpa de la pandemia, varios ex alumnos prometían volver para el aniversario en setiembre, entre ellos José De la Barra Barreda, quien fue presidente de la Corte Superior de Justicia de Tacna y ahora Magistrado en la Corte Suprema de Lima.
En cuanto a “Zapatos Rotos”, no solo en el estudio y el arte sobresalía el estudiante Portugal, también jugó en 1973 por el popular Club América, donde fue arquero ganándose el apelativo de «Ballesteros» Portugal. Allí jugó con Ángel Zavalaga, Jesús García, Ernesto Eguiluz, Fredy Rodríguez Yonsen, los hermanos Rueda, entre otras viejas glorias del deporte moqueguano jugando los partidos oficiales en el viejo estadio «25 de noviembre».
Alberto, es periodista, dueño de Radio Altamar en Ilo, emisora que retumbó los aires del puerto desde inicio de los años 90. Es también miembro del Colegio de Periodistas. El 2020 y por la pandemia, muchas cosas se dejaron de hacer, la promoción Bodas de Oro también se quedó con “la mesa servida”.
Así, los jóvenes de ayer y veteranos de hoy, integrantes de la promoción Bodas de Oro, en ciencias: José Olaya y letras: Túpac Amaru, también fueron afectados por un acontecimiento mundial de salud que los dejó sin la gran oportunidad de congratular a su alma mater. El aciago 2020 era para demostrar que allí se formaron y se convirtieron en ciudadanos de bien. Sin embargo, Dios quiera, haya otra oportunidad.
(*) Artículo a publicarse en libro Relatos de un Pata de Perro 2.