POR: ARQ. MARCO CHAMBI MAMANI
Nadie ama lo que no conoce, y mucho menos valora lo que no le ha costado conseguir. Eso reza la frase que bien se puede aplicar al actual gobierno local, ya que, pese a las opiniones disconformes de vecinos que indican que se está reduciendo y destruyendo la poca área verde que cuenta la zona del malecón costero de Ilo, donde además se separa la playa con un murete que nadie entiende y que seguro promoverá un escondite de gente de mal vivir.
Asimismo, el construir pórticos en medio de un área verde donde la gente solía hacer sus ejercicios, lejos de mejorar la zona, malogra el paisaje urbano y el sentido de pertenencia que se tenía hasta antes de esa construcción; pese a estos argumentos lógicos, el municipio ha hecho oídos sordos y persiste en ello.
Existen ciudades importantes que deben su sostenimiento y desarrollo al turismo que generan sus playas, y sobretodo, sus malecones como Guayaquil o Iquique; otras que se desarrollan por la infraestructura arquitectónica que alberga, como Bilbao o Barcelona, todas estas ciudades supieron recuperar sus espacios para su ciudad, porque convocaron a concursos abiertos de propuestas, invitando a los mejores representantes de la arquitectura; sin embargo, lo que estamos observando en nuestra ciudad es otra oportunidad perdida de ver una obra emblemática que trascienda en sectores tan importantes como el malecón costero o superior; ambos proyectos cuestionados y que tienen en común, además de un mismo autor, la falta de criterio en su diseño.
Y mucha responsabilidad de esto lo tienen los alcaldes, los gerentes y todos los vinculados al desarrollo de estos proyectos que deberían de ser o sentirse ileños, para sentirse responsables de a quien contratan para estos cargos y trabajos; sabiendo que cada sol del poco canon que nos esquilma el Estado o Moquegua debe ser usado con propiedad para obtener el mayor beneficio para la ciudad, sin embargo cunde la mediocridad en la mayoría de proyectos que se elaboran y ejecutan, contratando mayormente a profesionales foráneos con poca experiencia, que llegado cada fin de semana vuelan a su lugar de origen, sin mayor empatía con la ciudad, y quien sabe con qué otros acuerdos bajo la mesa.
Pero antes de continuar hagamos un poco de historia; hasta antes de los 80, la ciudad de Ilo se desarrollaba de espaldas al mar; desde la Glorieta hasta Boca del Rio no existía ningún paseo que la conecte, con playas utilizadas como botaderos de basura y escombros de los lotes cercanos; es entonces que autoridades con algo de criterio desarrollan la propuesta del arquitecto Ramírez, quien plantea el Malecón Costero, Intermedio y Superior, empezando la construcción del Malecón Costero, desde la Glorieta hasta la Plaza del Trabajo, desarrollando además del paseo, el anfiteatro, la Plaza del Trabajo, y para reforzar la apuesta se construye la Casa de la Cultura.
Lastimosamente desde allí la continuación del malecón fue perdiendo buen gusto y criterio, convirtiéndose en solo una vía de acceso hasta el Palacio Municipal y el sector Boca del Rio, con algunos espacios y glorietas regados en una zona con mucho potencial paisajístico, esta área (a excepción de Peña Blanca) ha estado abandonada durante muchos años, con una nula iluminación en las noches.
Es por ello que se esperaba con ansias este proyecto, que debería contar (se me ocurre por decir) con un área para el acceso de motos acuáticas en la Playa del Diablo, una zona destinada para bañistas con pozas con juegos acuáticos, zonas destinadas para camping de turistas, recuperación e implementación del ex muelle de Hayduk, un rompeolas para una marina que albergue pequeños botes y yates; espacios destinados para la inversión privada como pequeñas tiendas de comidas y souvenirs, ampliar las áreas verdes existentes y crear nuevos espacios para el entrenamiento deportivo; y sobretodo, modernizar las pérgolas y estares existentes que aluden a modelos de hace más de un siglo literalmente, de tal manera que garanticen su uso durante permanente; sin embargo parece que quedó muy corta la imaginación para los creadores de este proyecto que según parece no saben nada de diseño en la playa ni de tratamiento de malecones (casi lo mismo aplica para la propuesta del malecón de la Pampa Inalámbrica con veredas sobredimensionadas, plazoletas ubicadas en exceso y sin criterio, y movimientos de tierra absurdos entre otras perlas).
Cuando un cliente quiere mejorar su casa, va con un arquitecto, le muestra lo que tiene y le indica más o menos qué es lo que quiere obtener; si el arquitecto es bueno y ama su profesión propondrá lo que mejor le convenga al cliente, pero de ninguna manera le planteará demoler todo, para construir lo mismo, como ha sido en este proyecto, que más pareciera una obra de mantenimiento que le agrega poco o nada a la infraestructura existente y en la cual se van a invertir 18 millones de soles.
Es por eso que hago un llamado a nuestras autoridades, basta ya de estar dilapidando el dinero de nuestra ciudad en proyectos mal formulados que no le aportan poco o nada a la ciudad, basta de estar convocando profesionales con cero empatías con nuestro desarrollo, aún es tiempo de revertir lo sucedido, aún pueden trascender en el desarrollo armonioso de la ciudad.