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28 diciembre, 2024 2:12 am

La navidad de 1824 y el año nuevo 1880, en Moquegua

Terminado el ágape, luego, los chilenos se retiraron en tren, llevando notas de inteligencia que Moquegua no tenía defensas sólidas. 1880, un terrible Año Nuevo.

POR: VÍCTOR CASANOVA VÉLEZ

El deseo general en las fiestas de fin de año es tener Paz, y Prosperidad. Pero no siempre es así. La navidad de 1824 para Moquegua fue especial. En 1824, sufría robos y destrucción de sus bienes por el Batallón Gerona, en represalia por su patriotismo. A fines de noviembre 1824 llegaron a Moquegua nuevos oficiales españoles, Oliva y Moyano, quienes cometieron abusos de tal magnitud que el propio subdelegado español de Moquegua, informó los hechos al Intendente Lavalle de Arequipa, quien, en lugar de cortarlos, los autorizó para hacer lo mismo.

Amanece 24 de diciembre y arrieros trajeron nuevas y sorpresivas noticias. El rumor se extendió rápidamente. “Empezó a susurrarse en la Ciudad la derrota española en Ayacucho”. Las manifestaciones de alegría se guardaron en las casas, por temor a la represalia española. Al mediodía, correos trajeron cartas oficiales urgentes confirmando los rumores y que, ese mismo día, juramentaba en Arequipa el nuevo virrey Pío Tristán delante de la sociedad, autoridades civiles, eclesiásticas y jefes militares, para continuar la resistencia realista.  Inseguros en Moquegua, todos los oficiales y soldados del “Gerona” tomaron lo que estaba a la mano y apresuradamente se marcharon rumbo a Arequipa, para nunca volver. Esa Noche Buena, Moquegua la celebró con infinita alegría, sin la presencia de militares españoles, después de 300 años. La sociedad moqueguana, orgullosa de sus ancestros hispanos, no soportaba más la tiranía del rey Fernando VII.

El subdelegado Anselmo Gago, continuó haciendo despacho hasta el 5 de enero 1825; enterado de la renuncia del virrey Tristán, cesó. Los misioneros españoles del Colegio de Propaganda Fide abandonan Moquegua el 8 enero 1825. El nuevo Municipio reconoció a Simón Bolívar como Libertador y “Supremo jefe político y militar de la República”. Una Navidad y Año Nuevo con libertad.

Durante la Guerra del Pacífico, sucedió el Año Nuevo 1880. En noviembre 1879, dos naves chilenas, Chacabuco y O’Higgins, bloquearon el puerto de Ilo, ya reubicado en Pacocha. Para avisar amagos de desembarco, el comandante Manuel Jiménez, con la Columna Cívicos Huáscar de 300 plazas, se acuarteló en Pacocha, como centinela.

En “La calaverada de Año Nuevo en Moquegua” se narra que los tripulantes bloqueadores veían cada mañana salir a los Cívicos de Jiménez a hacer maniobras defensivas que los chilenos consideraban una provocación. La Chacabuco trajo de Pisagua el permiso para desembarcar y terminar con esa audacia. En la noche del 30 de diciembre desembarcaron por Puerto Inglés, rodearon la población y asaltaron el cuartel; quedaron frustrados por que no estaba la guarnición anterior.

Secretamente, el 20 de diciembre 1879, la Columna había viajado a Moquegua, por ferrocarril, para apoyar un golpe de estado pierolista, capturar la prefectura, e imponer a Julio César Chocano como nuevo prefecto de la Provincia Litoral de Moquegua. Esta imprudencia tuvo desastrosas consecuencias para la seguridad; permitió el paseo festivo de un pequeño contingente chileno fruto de la audacia de jóvenes oficiales chilenos”, según Vicuña Mackenna (memoriachilena.gob.cl)

Las fuerzas chilenas quedaron frustradas por no poder destruir a la compañía de cívicos provocadores. En la estación de Ilo, encontraron las locomotoras operativas, para un viaje. Se les ocurrió “la calaverada o mataperreada” de embarcarse en el ferrocarril Ilo-Moquegua, en arriesgada operación para probar las defensas. Sin problemas, llegaron a Moquegua, ocuparon la estación de La Villa, sorprendiendo a los presentes; desde ese lugar, amenazaron a la ciudad. El improvisado prefecto Chocano, sin saber qué hacer, precipitadamente se refugió en la seguridad del cerro Los Ángeles, dejando abandonada a su suerte la Ciudad.

Los viajeros cañonearon la población, durante la noche del 31 de diciembre de 1879, cuidando que sus disparos pasaran por encima de la ciudad, aterrada e indefensa. Ya amanecido el 1 de enero 1880, después de conferenciar con la colonia extranjera y ser noticiados la no presencia de tropa peruana, el batallón de Arístides Martínez entró en Moquegua al son de su banda de guerra, para ser servidos con opíparo almuerzo de Año Nuevo en la Plaza Principal, como lo habían exigido. Terminado el ágape, luego, los chilenos se retiraron en tren, llevando notas de inteligencia que Moquegua no tenía defensas sólidas. 1880, un terrible Año Nuevo.

Recreación de la batalla de Los Ángeles el 22 de marzo de 1880.  Dibujo. Raúl Menaut. Museo Contisuyo.

Análisis & Opinión