Por: Enrique Rivera Salas (Periodista Colegiado)
Antes de iniciar este artículo periodístico quiero manifestar que tocaremos el tema de la iglesia de la Inmaculada Concepción y para la próxima tocaremos al Pbro. Juan Bautista Arenas, llamado comúnmente “El Tata Arenas” figura humana y sacerdotal que cobra relieves históricos en los albores de Mollendo y que vivió profundamente en el corazón del pueblo.
Seguramente que muchos mollendinos no saben que nuestra iglesia Inmaculada Concepción tiene un estilo de reminiscencias neoclásicas y románicas y ha sido catalogado como Monumento Histórico (Patrimonio de la Nación).
En forma casi cronológica vamos a señalar que el 26 de noviembre de 1879 el presbítero Juan B. Arenas se constituye como vice párroco de Mollendo y se organiza el Primer Comité Pro-Reconstrucción el mismo que fue presidido por don Enrique Rodríguez.
El 28 de julio de 1921 el Concejo Provincial de Islay con motivo del Primer Centenario Nacional otorga el Diploma y Medalla de Oro al “Tata” en mérito de ser el primer párroco de este puerto.
El 30 de setiembre de 1929 fallece el “Tata Arenas” a los 79 años, murió sin haber terminado su obra, ya que faltaba construir la bóveda del altar mayor.
El 15 de agosto de 1943 se coloca la campana mayor de la parroquia y se le dio el nombre de María Asunta.
El 8 de diciembre de 1952 se lleva a cabo en la parte principal del templo la solemne consagración a Mollendo a la Inmaculada Concepción de María Santísima al ser colocada su sagrada imagen en la torre de la iglesia por la congregación de las hijas de María, realizando el acto de consagración, el excelentísimo obispo de Venezuela, Alfonso Castro Cáceres y presidente de la congregación la Srta. María Nicolasa Basurco.
La estatua de la Santísima Virgen fue ejecutada por el artista Figueroa Valdivia. El templo tiene una altura de 32 metros.
El templo en sí presenta una nave central y dos laterales haciendo notar que las bóvedas del cañón son el elemento dominante de la fábrica y a él se subordina todo el entorno, aunque carece de muros, debió muchos esfuerzos los que tuvieron que realizar el arquitecto italiano Pietro Rovella y el arquitecto arequipeño José Luis Tejada, los constructores y albañiles de la época para lograr esta bella arquitectura cristiana, como sostén las bóvedas sin que peligrase la estabilidad de las 14 columnas de planta rectangular con las esquinas. Hay muchas cosas para continuar.
