El peruano Lorenzo de Chosica se ha convertido en el talismán del seleccionador de Rusia, Stanislav Cherchésov, que ya le ha reservado una entrada para los cuartos de final del Mundial 2018 ante Croacia. «Antes del partido entre Rusia y España me llamó y me dijo que tenía que estar con él. Yo le dije: ‘Estaré contigo, hermano’. Parece que le di suerte, porque los penales son cuestión de fortuna», comentó a la agencia Efe.
Justo después de que los rusos eliminaran a España, el peruano recibió una llamada de Cherchésov, que le dijo que viniera enseguida a la sala de prensa que tenía un regalo para él. «Los de la FIFA se quedaron boquiabiertos. El jefe de prensa me llevó de las orejas. Cherchésov me tenía preparada la camiseta con la firma de todos los jugadores del equipo ruso. Fue un detalle precioso», contó.
Los periodistas rusos y españoles se quedaron anonadados cuando el peruano subió a la tarima con la remera de la selección peruana y recibió la camiseta de manos del técnico. «Me he convertido en el amigo número uno del seleccionador nacional. Y es que la camiseta llevaba el número uno», señaló entre risas.
¿CÓMO NACIÓ LA RELACIÓN?
La amistad entre ambos se forjó en el último amistoso disputado por los rusos antes del Mundial. El equipo anfitrión, que había perdido contra Austria unos días antes, no pasó del empate en Moscú ante Turquía, que había viajado con un equipo repleto de suplentes. Cherchésov estaba contra las cuerdas y Chosica vino en su auxilio. Tomó la palabra y pidió a la prensa rusa que dejara de vituperar al técnico nacional.
«Como no ganaba los amistosos, la prensa pedía que se marchara. Y yo cada vez que me acreditaba para un partido, los criticaba a ellos. Éramos como el Quijote y Sancho Panza contra los molinos de viento», indicó. Entonces, le dije en público a Cherchésov que nosotros le habíamos ganado 3-0 a Arabia Saudí y que los rusos podrían hacer lo mismo en el partido inaugural.
«No lo creerás, pero todos se rieron de mí. La prensa rusa siempre le hace preguntas a Cherchésov con mala intención», contó. En su opinión, el seleccionador tenía «una piedra en la garganta», que se ha ido quitando según avanzaba su equipo en el torneo. «Después de Turquía me vino a abrazar y le dijo a todos los presentes que si hubiera un solo periodista ruso como yo haríamos un buen Mundial. Intercambiamos teléfonos y hasta ahora», señaló.
DE PERÚ A RUSIA
Lorenzo Goicoechea, su auténtico nombre, ya que Chosica es su apodo profesional y su lugar de nacimiento, es un peruano de sangre española que desde los tres años soñaba con vivir en la patria de Yuri Gagarin, el primer cosmonauta en viajar el espacio en 1961. «Nací rodeado de cerros y después del cerro estaba el Estadio Monumental. Mi madre me hablaba mucho de Gagarin. Yo me preguntaba: ‘¿Qué habrá después de los cerros? ¿Cómo será Rusia?'», precisó.
Llegó a la Unión Soviética en septiembre de 1980, justo después de los Juegos Olímpicos de Moscú. «La ciudad estaba muy limpia. Estudié en la Universidad de la Amistad de los Pueblos. Aprendí el idioma rápido. Jugué al fútbol, pero tuve que dejarlo por las lesiones», indicó. Tuvo que regresar a su país de origen en 1986, pero Perú le quedó pequeño y a finales de 1991, semanas antes de la desintegración soviética, se instaló definitivamente en este país.
Ahora trabaja como profesor de español e inglés en una universidad moscovita; ejerce de periodista en la agencia rusa Sputnik y colabora con el diario deportivo «Líbero». El fútbol le dio la oportunidad de empaparse de la atmósfera de un Mundial. No sólo es periodista, sino que también es voluntario del torneo en el estadio Spartak. (Con información de EFE)