martes, 30 de diciembre de 2025
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La fundación española de Moquegua – 1

A comienzos de año dijimos en una nota que éste era el del cuarto centenario de la fundación española de Moquegua. Las próximas semanas nuevamente publicaremos en Prensa Regional artículos ilustrando sobre este aspecto que es del mayor interés para la historia local.

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POR: GUSTAVO VALCÁRCEL SALAS

El aniversario de la fundación española de Moquegua es sin la menor duda la fiesta más importante del calendario cívico local a lo largo de todo el año. Pomposamente la conmemoramos con desfiles escolares y participación de todas las instituciones, ocasión en que las autoridades se esmeran por darle el mejor regalo a la población.

Lo celebramos el 25 de noviembre solo a partir de 1941. Ese año una comisión de personalidades consideró que esa era la fecha del cuarto centenario de la fundación de la villa de Santa Catalina de Guadalcázar de Moquegua. La deducción pareció tan convincente que nuestra ciudad fue objeto de felicitación en el Congreso de la República acompañada de leyes que disponían una diversidad de obras públicas largamente esperadas.

La fecha quedó establecida y oficializada. Es tal su importancia que el 25 de noviembre ha sido declarado día cívico no laborable en todo el ámbito provincial.

Antes de 1941 nunca se le había conmemorado, se desconocía la fecha. Lo curioso es que no tenemos el acta de fundación, pero se sabe de un modo positivo que sí existió.

No es de extrañar. En la colonia la fundación española no motivó entusiasmo especial. Tampoco en Arequipa, cuya venerable historia le otorgaba suficientes méritos a sus blasones; solo se oficializa en 1940, cuando festeja su cuarto centenario.

¿Entonces por qué se dice con tanta precisión que fue el 25 de noviembre de 1541?

Juan Antonio Montenegro y Ubaldi, nuestro primer gran historiador, desarrolla el tema en su «Noticia», libro escrito en 1840 y publicado recién en 1906 con el título de «Noticia de la ciudad de Santa Catalina de Guadalcázar de Moquegua» que editamos y difundimos masivamente en 1992.

Es aquí donde trata sobre la fundación. En sus copiosos manuscritos, que dejó inéditos, nos cuenta que el primero en investigar con este propósito fue Juan de Dios Rospigliosi y Gracia, a quien llama «muy inteligente en la lectura de letras antiguas», que en 1802 indagó en las escrituras de enrevesada caligrafía de los más antiguos protocolos notariales y primeras escrituras de Cabildo, recopilando datos sin llegar a publicar nada sobre su esforzado trabajo. 

Tuvo el tino de entregarle los frutos de su pesquisa al cura que termina incluyéndolos en sus manuscritos que le sirvieron de fuente para sus especulaciones. Montenegro explica con fundamento que la fundación española fue en 1625, dispuesta por el virrey Diego Fernández de Córdova, marqués de Guadalcázar; después refrendada por el rey en 1629, como consta en las escrituras del archivo.

Para envolver el tema en un mayor misterio, nuestro archivo padeció un incendio en 1728, en el que se perdieron valiosos documentos de nuestro pasado, entre ellos el acta de fundación dispuesta por el virrey y su respectiva confirmación otorgada por el rey.

Desde 1840 se incurrió en errores, se confundieron conceptos que originaron malas interpretaciones. Sucesión de deslices de buena voluntad que se han repetido constantemente hasta formar una falsa identidad hoy difícil de erradicar. Lo expusimos hace más de veinticinco años. Desde entonces, como resultado de una incesante investigación, lo hemos desarrollado, ampliado y difundido por medio de artículos, charlas y seminarios aclarando los conceptos, reiterando que con indeclinable afán seguimos buscando las evasivas actas que esperamos encontrar. Lo explicamos con amplitud en nuestro libro «Semblanzas y bosquejos».

A comienzos de año dijimos en una nota que éste era el del cuarto centenario de la fundación española de Moquegua. Las próximas semanas nuevamente publicaremos en Prensa Regional artículos ilustrando sobre este aspecto que es del mayor interés para la historia local.

Es necesario insistir, la importancia del tema lo amerita.

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