POR: JORGE ACOSTA ZEVALLOS (ECONOMISTA DEL CEM)
Las distribuciones presupuestales siempre en nuestro país han sido desiguales. Los Incas concentraban recursos, poder político y administrativo en el Cuzco. Los españoles en el Virreinato lo hicieron desde la Metrópoli de su península en detrimento de los Virreinatos hispanoamericanos. Y a su vez, dentro de ellos, México y Lima concentraban los recursos, el aparato administrativo y militar.
Con la República, el centralismo se legalizó con el primer y segundo militarismo que privilegió a Lima en poder político y económico. Los descontentos e inconformes levantaron sus puños y gritos en las regiones. En el periodo inca fueron los Huancas y Moches; en la colonia, el gran Tupac Amaru, Mariano Melgar, Francisco Antonio de Zela, Pumacahua, entre otros, dieron su vida por la libertad y en contra de la opresión.
La vida de la República también está saturada de grandes acontecimientos desde las regiones contra el centralismo limeño. Destaca el sur del país con sus rebeliones, como Arequipa, Puno, Ayacucho, Moquegua y Tacna, con diferentes intensidades. No dejaremos de nombrar a La Libertad, Lambayeque y Piura también en la línea de reclamo de la descentralización y regionalización.
La historia nos da nombres de grandes pensadores en un nuevo Perú, así tenemos al moqueguano José Carlos Mariátegui, al trujillano Víctor Raúl Haya de la Torre, al tacneño Jorge Basadre Grohmann, a Néstor Velásquez en Puno, y que me disculpen los omitidos porque la intención es demostrar que las provincias sufrieron y sufren el oprobio del poder centralizado y que antepusieron ideas y su vida por cambiarlo.
En esta proeza se lograron grandes avances, pero también grandes retrocesos. El centralismo sigue existiendo y cada vez pesa más; en estos meses, es evidente que concentra más del 50% del presupuesto nacional. También está ocurriendo en las regiones o departamentos una solapada concentración de recursos públicos, sobre todo en aquellos que tienen recursos mineros, gasíferos o de servicios públicos y privados. Y se va repitiendo y repitiendo a cuenta de eternizarse sin murmullo ni queja. Para muestra un botón, y el ejemplo son los presupuestos iniciales de apertura (PIAs) para los distritos de Moquegua, donde las distancias, desigualdades y disparidades son abismales.
LOS MEJORES PRESUPUESTOS
Así tenemos que la ciudad capital de región y de la provincia Mariscal Nieto Moquegua ocupa el primer lugar en asignación presupuestal distrital con 148 millones 147 mil soles, que representa el 23% del total. ¿Por qué? Es capital de departamento y capital de la provincia donde están los recursos mineros.
En segundo lugar, está Ilo con el 20%, que son 123 millones 375 mil soles. ¿Por qué? Es provincia y por ley le toca su parte de la distribución del canon y regalías. Sigue en tercer lugar, el distrito de Torata con 109 millones 723 mil soles, que es el 17%, continúa cerca San Antonio con 104 millones 533 mil soles, también con el 17%. ¿Por qué? Son distritos cercanos a las minas donde se explota el mineral. ¡De acuerdo! Pero resulta que los cuatro distritos se llevan el 77% de la distribución presupuestal, es decir, más de la tercera parte del PIA de los distritos del departamento.
PRESUPUESTOS MISERABLES
¿Y por qué se da esta figura bien desfigurada? Es cierto que la Ley de canon y regalías mineras les da ese beneficio y posibilidad de concentrar la parte de estos recursos, ya que son provincias o porque están cerca de las minas donde está el recurso natural.
Lo que está mal es que el resto de los distritos reciban presupuestos miserables. Se salva en algo El Algarrobal, que recibe el 6% del presupuesto de los distritos; el hecho de tener pobreza y brechas sin cerrar lo justifica.
Siguen con bajo, y bien bajo, presupuesto Samegua con 4%; más abajo, con solo 2% cada uno, los distritos de Carumas, Omate, Pacocha e Ichuña. Aquí llama la atención Omate, que es la capital de la Provincia de Sánchez Cerro. Sigue cuesta abajo con 1%, cada uno, los distritos de San Cristóbal, Puquina, Lloque, Ubinas, Cuchumbaya y la Capilla.
Y muy abajo con menos del 0% para cada uno de los distritos Chojata, Coalaque, Yunga, Matalaque y Quinistaquillas. ¿Por qué reciben tan poco? Unos me responden que no les corresponde los presupuestos de recursos determinados donde está el canon y regalías. Otros agregan que son de poca población y que no tienen brechas. No es así; deberían tener más presupuesto, y este debería provenir de los recursos ordinarios que maneja el gobierno central.
Los presupuestos distritales sumados en sus provincias también presentan desigualdades. Mariscal Nieto tiene 408 millones de soles (64%); Ilo recibirá 174 millones (28%) y la siempre olvidada, marginada General Sánchez Cerro solo 49 millones, que representa el 8% de los presupuestos distritales en provincia. Si hay solución para revertir esta mala y pésima distribución, es a través de los recursos ordinarios o modificaciones en la Ley de canon y regalías, y eso será tema de otro artículo.