POR: ABOGADO CÉSAR MARÍN CÁCERES
El 28 de julio el presidente Castillo juramentó al cargo y dio un mensaje a la nación, señalando que iba a luchar contra la corrupción y además por una nueva Constitución. Dicho mensaje hacía presagiar un cambio moderado en el presidente sobre todo que iba a presentar un proyecto de ley de reforma constitucional del artículo 206 de la Constitución para introducir que se puede convocar a una asamblea constituyente para reformar totalmente la Constitución de 1993.
Señaló que la Asamblea Constituyente debía estar integrada por candidatos propuestos por las organizaciones políticas en el cual debe darse un porcentaje a candidatos provenientes de los pueblos indígenas, nativos y originarios, del pueblo afroperuano, de los gremios de organizaciones populares y de la sociedad civil.
Pero en los días posteriores, 29 y 30 julio, al conformar el gabinete tuvo los primeros problemas políticos al no poder juramentar la totalidad de los ministros, pues le faltaba los ministros de Economía y Finanzas y el de Justicia. Todo el desbarajuste surgió por el nombramiento de Guido Bellido como presidente del Consejo de Ministros.
Bellido tiene algunas investigaciones en el Ministerio Público por apología al terrorismo y otros. A su vez, Bellido a designado como ministros a personas que no tienen experiencia en el cargo.
La pregunta es, si el Congreso de la República le va a otorgar el voto de confianza al gabinete Bellido el día 23 de agosto.
Algunos consideran que se debe dar la confianza al gabinete Bellido, e interpelar solo algunos ministros y luego de 100 días evaluar el trabajo del presidente Castillo y sus ministros.
Consideramos que existen frenos y contrapesos entre ambos poderes del Estado. El Poder Ejecutivo puede disolver el Congreso por la denegatoria a dos Consejos de Ministros, o se puede vacar a un presidente por incapacidad moral permanente, si se consigue los 87 votos.