POR: TERESA PÉREZ TORRES
Es preocupante constatar el aumento de embarazos en adolescentes. Según la Dirección de Salud Sexual del Minsa, los jóvenes de 12 a 17 años constituyen el 10% de la población peruana, con un 10.8% de embarazos en zonas urbanas y un alarmante 22.7% en áreas rurales.
A pesar de este incremento, también se ha observado un aumento en el uso de anticonceptivos de larga duración, como el inyectable trimestral, así como en el uso de preservativos desde la pandemia. El embarazo en la adolescencia es un problema social que nos afecta a todos y que requiere una respuesta activa, ya que muchas veces interfiere con el proyecto de vida de estos jóvenes.
Existen estudios que abordan los desafíos que enfrentan las adolescentes embarazadas en relación con la sexualidad, la maternidad, el entorno familiar y los contextos socioculturales. Entre sus objetivos se encuentran analizar cómo las adolescentes lidian con el embarazo y las repercusiones que este tiene en su vida.
La experiencia del embarazo desde la perspectiva de la madre adolescente, así como el desarrollo psicosocial en esta etapa crucial, son aspectos fundamentales que deben considerarse. La vida actual facilita las relaciones sexuales a temprana edad, pero el diálogo en las escuelas y en el entorno familiar sobre estos temas es escaso. Los adolescentes a menudo recurren a sus amigos como fuente de información, llegando a la maternidad sin preparación, lo que genera frustraciones personales y sociales.
El embarazo adolescente es más frecuente de lo que la sociedad desea admitir. Entre sus causas se encuentran la iniciación temprana de la vida sexual, el uso inadecuado o nulo de anticonceptivos, la falta de información, el bajo nivel educativo y la escasa autoestima. Estos factores, sumados a sentimientos de soledad y rechazo, contribuyen al problema.
La falta de educación sexual adecuada lleva a embarazos no deseados, violaciones, infecciones de transmisión sexual y abortos clandestinos. Para muchas adolescentes, la decisión de tener un hijo conlleva dejar los estudios y enfrentarse a empleos precarios, lo que genera frustración y resentimiento. Por otro lado, el aborto, que a menudo se realiza en condiciones inseguras, se ha convertido en una de las principales causas de muerte en jóvenes de 15 a 19 años por complicaciones.
La escasa comunicación con los padres, por la vergüenza de abordar estos temas, y la falta de información sobre relaciones sexuales seguras son barreras significativas. La presión, el miedo al rechazo, las bajas aspiraciones y la falta de confianza son factores que deben ser considerados.
Es esencial que la educación sexual se implemente de manera integral en todos los niveles educativos. En resumen, la educación, la comunicación familiar, el papel de instituciones como la iglesia y la escuela, y la influencia de los medios son factores cruciales que pueden contribuir a reducir el embarazo en adolescentes. Un enfoque holístico y bien informado es fundamental para abordar este desafío social.