jueves, 16 de octubre de 2025
  • UDI Unidad de Investigación 969 164 351
  • Central de Noticias 956 424 000
  • Publicidad Edición Impresa 974 466 951

Javier Cercas alerta sobre el deterioro del lenguaje político en el X CILE

Defendió la lengua como patrimonio moral antes que cultural, porque, dijo, «cuando una sociedad corrompe su lenguaje, empieza a pudrirse desde adentro».

ARCHIVO

- Advertisement -

POR: GUSTAVO PINO

En el tercer día del X CILE, Javier Cercas —novelista español, autor de Soldados de Salamina y Anatomía de un instante, ganador del Premio Planeta, del Nacional de Narrativa y del Premio del Salón del Libro de París— rompió la solemnidad del Teatro Municipal de Arequipa con un discurso que desarmó el protocolo frente al rey Felipe VI y una audiencia expectante.

«¿Son los políticos conscientes del verdadero valor de la lengua española?», lanzó Javier Cercas sin preámbulo, como quien abre una herida que ya supura. Si lo son —dijo—, no parece que actúen en consecuencia. Cuestionó que los poderes públicos tomen en serio la importancia del idioma, esa que él considera la mayor fuente de riqueza para los hispanohablantes. Criticó la indiferencia oficial, la escasez de recursos destinados a las instituciones que deberían proteger y expandir el español.

Asimismo, habló luego del miedo a la inteligencia artificial. Lo desarmó con calma. No es nuevo —dijo—, ya se temió antes a la escritura, a la imprenta, a todo lo que amenazaba el orden establecido. El problema no está en la tecnología, sino en el uso que hacemos de ella. Lo que peligra no es la máquina, sino la conciencia que la maneja. Esa lucidez devolvía al lenguaje su centro humano: el poder de crear o de destruir significado.

Su voz subía y bajaba como un saltimbanqui, como se autodenominó. Citó a Primo Levi: la responsabilidad de hacerse entender pertenece a quien escribe, no a quien lee. Y añadió, sin adornos: «la oscuridad del discurso suele encubrir la ausencia de pensamiento». Reconoció, sin embargo, que existen excepciones luminosas, como Ulises de James Joyce o El Quijote de Cervantes, obras donde la complejidad es un camino hacia la verdad, no una coartada para el vacío. En esa línea estaba todo. La claridad no como estética, sino como ética. Escribir es resistir al poder que prefiere la confusión, el barro, la neblina.

De ahí saltó al territorio donde las lenguas se mezclan y se salvan entre sí. Habló del mestizaje como una forma de resistencia, del español como un organismo vivo que ha sobrevivido porque ha sabido contaminarse. Que en su mezcla reside su fuerza. Que toda lengua pura es una lengua muerta.

Nadie se movía. Algunos fingían tomar apuntes. Otros simplemente lo miraban con las manos entrelazadas. Cercas no buscaba aplausos; quería incomodar como buen escritor. Dijo que el español, hablado por más de quinientos millones, no se sostiene por su extensión, sino por la conciencia de quienes lo hablan. Y que esa conciencia, cuando se diluye, convierte la lengua en una ruina habitable. Habló de la literatura como un acto moral, no decorativo. De la necesidad de preservar el idioma del oportunismo político, de la propaganda, de la maquinaria mediática que convierte las palabras en polvo. El idioma —afirmó— no es solo comunicación, es una forma de verdad.

Por otro lado, pidió a las autoridades que asuman una política lingüística real, que el español sea tratado como una riqueza colectiva, no como un eslogan. Propuso un Instituto Cervantes unificado, fuerte, capaz de ejercer influencia sin servilismos. Defendió la lengua como patrimonio moral antes que cultural, porque, dijo, «cuando una sociedad corrompe su lenguaje, empieza a pudrirse desde adentro».

Cuando terminó, el silencio fue más elocuente que cualquier ovación, aunque los aplausos terminaron por llenar el teatro. Cercas volvió a su asiento sin mirar atrás. El acto continuó, pero algo se había movido. Los discursos oficiales retomaron el tono solemne y predecible, y el coro final devolvió al escenario su aire litúrgico. Afuera, la ciudad seguía viva, ajena a lo dicho. Adentro, en cambio, quedaba la sospecha de que las palabras, incluso las más limpias, también pueden ser un campo de batalla.

Javier Cercas alerta sobre el deterioro del lenguaje politico en el X CILE 15102025 2 La Prensa Regional
Su Majestad el Rey Felipe VI de España.

LO ÚLTIMO