POR: ENRIQUE LAZO FLORES
Nunca la provincia Ilo había pasado una fiesta de aniversario como la que pasa este año, pese que es el último año de gobierno del alcalde Gerardo Carpio, el pueblo ileño, tuvo la esperanza que, al ser el último año, pudo haber sido mejor que ninguno de los anteriores, pero no, esta vez es peor.
Peor en todo sentido, y muy lejos de toda intensión de maquillar con fiestas de serenatas en tres puntos estratégicos y para todo gusto, no llegan a calmar la ira del poblador que sufre asaltos, robos, atracos a mano armada, robos a domicilios en pleno día y, sobre todo, por la falta de algún proyecto de prevención, instalando por lo menos algunas cuantas cámaras de seguridad, para prevenir la delincuencia, nada de eso hizo por Ilo.
En este escenario, en que celebramos el 52 aniversario de esta provincia llamada, Puerto de Encanto, el Mejor Puerto del Perú, en algún momento fue el puerto más limpio del Perú, Ilo, hoy nada de eso ha quedado, desde que ingresó este alcalde, Gerardo Carpio, se dedicó a mejorar solo algunas arterias, pintar señales de tránsito, asfaltar algunas calles céntricas, pero nada más, todo fue obras de mantenimiento y un alcalde no está para hacer obras de mantenimiento, a pesar de gozar de una ingente cantidad de dinero producto del Canon Minero y Regalías, jamás tuvo la capacidad de manejarlo en beneficio de la ciudad.
No se ven obras de impacto, por lo tanto, no se ha creado fuentes de trabajo para la gente, no se mejoró en nada el sector salud, jamás instalaron una sola cama UCI en el hospital de Ilo, pese a contar con presupuesto otorgado por el gobierno, y tener la facultad de invertir los dineros del canon para la pandemia,
No se ha instalado ni una sola cámara de video vigilancia para prevenir la delincuencia, siendo eso lo más grave, cuyas consecuencias se vive en carne propia en este momento, ya que se ha agudizado la presencia de la delincuencia, llegando al extremo de sufrir asaltos a mano armada y robos a domicilio en vehículos modernos, creciendo de manera escandalosa la prostitución callejera en el sector de la pampa inalámbrica, algo que jamás se había visto en el Puerto Ilo.
Se suma a esta debacle de gobierno local, el casi inexistente Servicio de Seguridad Ciudadana, cuyo responsable por ley es el mismísimo alcalde, pero por la corta imaginación que posee no supo ver más allá de sus narices, a quien nombraba en tan delicado cargo, pero más pudo la amistad con un ex miembro de la PNP, que, sin contar con el perfil exigido para el cargo de Secretario Técnico, fue nombrado como tal y hasta ahora, no se ven resultados pese a estar más de tres años en funciones.
No es tiempo de lamentos, solo de ver truncadas las esperanzas de ver una ciudad porteña como Ilo, contando con un alcalde que se preocupe por su ciudad y que por lo menos haga algo por su seguridad, algo que podría rescatarse, pero ni eso se puede hacer a pocos meses de dejar el cargo, donde jamás llamó a una rendición de cuentas, menos a una conferencia de prensa para dar cuenta cómo fue su gestión, hasta este momento, ante ese panorama y en este aniversario solo nos queda, levantar la copa de un buen vino y mirando hacia el infinito, rogar que el nuevo alcalde que venga, no sea tan malo como el de ayer, y peor que el de hoy. Feliz Día Ilo.
