POR: JESÚS LIENDO BELTRAMÉ
La desaceleración económica por efectos de la pandemia del Covid-19, ha puesto en jaque y mantiene en pausa y con graves problemas financieros, a muchas empresas dedicadas a la prestación de servicios turísticos en la provincia de Ilo. Sin duda que el turismo es un sector poco explotado, una actividad que bien promocionada, genera un valioso movimiento económico y social, no en vano se le conoce como la industria sin chimeneas.
En los últimos años, el sector privado ha realizado importantes inversiones en infraestructura turística, mejorando las existentes y también en nuevas, que deben ser apoyadas por las autoridades. Frente a esta situación, una alternativa de solución es plantear por intermedio de la autoridad municipal, la elaboración de un Plan de Reactivación Turística, elaborando estrategias que incentiven el consumo, a través del incremento de las visitas hacia los diferentes sitios turísticos, de tal forma que se incrementa el empleo, entre otros muchos beneficios.
Es evidente que actualmente no existe una política turística, esto genera un desajuste entre las aisladas iniciativas y los destinos turísticos, se debe entonces replantear en un proceso de reactivación económica que se respalde en un modelo turístico realmente sostenible. La reactivación es una acción que implica reanimar, regenerar, dar un nuevo impulso a una institución, proyecto, situación o cosa, que haya quedado estancada y olvidada en el tiempo. A través de la reactivación se puede volver hacer funcionar algo que es de mucha utilidad en el momento.
Una muy buena iniciativa para reactivar la economía turística en la provincia de Ilo, es el reciente anuncio del alcalde del distrito El Algarrobal, Prof. Francisco Manzano Cisneros, quien informó la inversión de 3 millones de soles, para la ejecución del proyecto “Mejoramiento Servicio que brinda el Museo Municipal de Sitio El Algarrobal”, el cual hospeda una sorprendente recopilación de exhibiciones sobre la prehistoria y la agricultura de la cultura Chiribaya.
La parroquia de San Jerónimo edificada en el año 1871, el Muelle Estatal edificado a culminaciones del siglo XIX, la Glorieta José Gálvez edificada en el año 1915, el Malecón Costero con una extensión de 1.6 km y cuenta con hermosas vistas del mar, la Reserva Turística Punta de Coles donde el ecosistema tiene diversidad de especies biológicas, en donde destacan los lobos marinos, aves guaneras como: Pelícanos, piqueros, guanay, zarcillos, gaviotas y otras especies, la flora y fauna existente en la zona es una de las más variedades del litoral Peruano, son algunos de los atractivos turísticos que debemos explotar, nos falta ponerlos en valor y promocionarlos agresivamente.
Como conclusión podemos indicar que, este proceso de reactivación turística debe enfocarse en rediseñar los modelos de negocios insostenibles, que causan turismofobia y turistificacion; y además es una excelente oportunidad, para mostrar aquellos destinos turísticos que se encuentran en decadencia o que no poseen una adecuada planificación y promoción, poniéndolos en manos de expertos o gente que conoce el tema, quienes comprometiendo el apoyo de las autoridades puedan poner en marcha el desarrollo turístico.
La pandemia nos deja muchas enseñanzas, que nuestras autoridades no ven o no quieren ver.