POR: ANDRÉS FRANCO LONGHI
Moquegua, Perú – En el extremo costero del sur peruano, donde el desierto se funde con el mar y las leyendas andinas se entretejen con relatos coloniales, se levanta Ilo: una provincia silenciosamente estratégica que, pese a su tamaño, carga sobre sus hombros un legado ancestral y un futuro de posibilidades económicas que aún están por madurar.
UNA HISTORIA ESCRITA ENTRE CERROS Y OCÉANOS
Ilo no es solo un puerto; es una cápsula del tiempo. Desde los vestigios de la cultura Chiribaya, cuyos perros momificados —el hoy reconocido “Pastor Chiribaya”— revelan una visión espiritual y cotidiana de la vida precolombina, hasta las marcas en la piedra que la leyenda atribuye a Wiracocha, Ilo ofrece más que historia: ofrece identidad.
MINERÍA Y PESCA: UNA SINERGIA QUE SOSTIENE A ILO
La gran industria minera ha sido históricamente el pilar de la economía de Ilo, pero no está sola. La industria pesquera ha construido silenciosamente un eje complementario fundamental. Ilo alberga varias plantas procesadoras de harina y aceite de pescado, así como fábricas de conservas y productos congelados de exportación, que emplean a cientos de personas y generan divisas importantes para la región.
Existe además una sinergia económica poco explorada entre ambas industrias. Mientras la minería genera infraestructura, servicios y estabilidad fiscal, la pesca activa cadenas productivas con mayor capilaridad social, desde el pescador artesanal hasta el operario de planta y el exportador especializado. En conjunto, permiten amortiguar los choques de mercado y ofrecer un modelo económico híbrido, resiliente y escalable.
UN PUERTO CON VISIÓN DE PLATAFORMA LOGÍSTICA INTERNACIONAL
La infraestructura portuaria de Ilo, manejada por la Empresa Nacional de Puertos (ENAPU), se ha ido modernizando paulatinamente, pero aún enfrenta retos para competir con Matarani (Arequipa) o Arica (Chile). No obstante, su ubicación geopolítica —frente a la cuenca del Pacífico y con proximidad a Bolivia y Brasil— la convierte en candidata ideal para una plataforma multimodal de exportación mundial.
La clave está en conectar el altiplano y la Amazonía sur con el océano. Proyectos ferroviarios como el Corredor Bioceánico Sur podrían cambiar radicalmente el rol de Ilo, con sello propio.
Porque Ilo, con su historia intacta, su pesca viva y su cobre aun fluyendo, no es solo un punto en el mapa. Es una oportunidad esperando ser activada con el sueño de un valor agregado singular e inmejorable.