Por: Enrique Rivera Salas (Periodista colegiado)
Hoy es 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer que actualmente se celebra en todo el mundo.
Es muy difícil determinar un solo origen para esta fecha; sin embargo, podemos mencionar algunos hechos históricos que tienen que ver con este día.
Un sangriento acontecimiento se remonta en el año de 1857 en Nueva York, Estados Unidos, cuando un grupo de obreras textiles iniciaron una huelga reivindicatoria, pidiendo salarios justos, jornadas de 10 horas e igualdad laboral. Este hecho desencadenó una fuerte represión concluyendo con la muerte de 140 mujeres que fueron cruelmente quemadas en el incendio de las fábricas textiles en donde se hallaban atrincheradas.
Clara Zetkin en el “Congreso Internacional de Mujeres Socialistas” realizado en Copenhague, Dinamarca en 1910, propuso que el sacrificio de las obreras norteamericanas sea recordado como fecha conmemorativa de las luchas de las mujeres por ganar espacios y sensibilizar a la sociedad civil acerca de su situación y condición.
El 8 de marzo de 1917 en Petrogrado, ex URSS, se confirma la maduración de la conciencia de las mujeres en su afán de conquistar los derechos, efectuándose la más grande concentración de mujeres socialistas jamás realizada en la historia hasta esos momentos.
En 1945 las Naciones Unidas declara el 8 de marzo como “Día Internacional de la Mujer”. Han venido ocurriendo desde entonces, grandes cambios y progresos en el ámbito social con la mayor participación de la mujer en el trabajo, la cultura y otros campos, haciendo esto que cada día este más cerca la realización del ideal liberador de las mujeres, dejando atrás los rezagos de una sociedad patriarcal y burocrática, cuyo propósito fue siempre el impedir el desarrollo autónomo de la intelectualidad y fuerza femenina.
A lo largo de la historia, la mujer ha logrado demostrar su capacidad, gracias a su trabajo y esfuerzo en los diferentes campos que la sociedad le ha impuesto.
En nuestro país, las mujeres se han convertido en principales autoras con propuestas y no protestas, en forma organizada a través de los clubes de madres, federaciones, asociaciones, organizaciones, colectivos y mujeres en general, para transformar su condición y posición.