POR ING. WASHINGTON VALDIVIESO SANDOVAL
En el Ecuador y Cuba, se vienen usando cocinas de inducción, funcionan con nueva tecnología respecto a las cocinas de resistencias eléctricas convencionales, con ahorro aproximado de 15% en el costo de la electricidad.
Comparativamente pueden competir con una cocina a gas licuado de petróleo ya que las tarifas eléctricas son reguladas mientras que los precios de los combustibles, como el GLP, son libres y tienden a subir porque obedecen a los precios internacionales.
En el mercado se puede conseguir hornillas de inducción de procedencia china a precios accesibles, que vienen a 220 voltios para ser conectadas al servicio eléctrico público en cualquier lugar.
Es una buena alternativa para zonas rurales apartadas donde es dificultoso conseguir balones de GLP ya que el transporte es difícil. Preocupa también que los usuarios se vean obligados a trasladar los balones de GLP en transportes públicos poniendo en riesgo a los pasajeros porque se podrían producir explosiones de consecuencias graves.
Las estadísticas anuales del Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú señalan que se producen más de 500 emergencias por fuga de gas al mes, siendo una de las causas más comunes el no uso de reguladores de presión, en vez del cual se utiliza un adaptador precario que no reduce la presión de salida; consecuentemente, la alta presión del gas vence las mangueras y los demás componentes hasta la cocina.
Con el uso de hornillas de inducción se obvian todos esos riesgos porque se pueden transportar como una laptop en un maletín, no producen combustión para cocinar y no se calientan más que en el momento de la operación, no quedan elementos calientes al ser apagado.
Por el aspecto de la seguridad, la confiabilidad de suministro, los precios es un artefacto que tiene futuro y puede resolver el problema del acceso a la energía en zonas rurales. Sería interesante, que los universitarios de la región ahonden en el estudio comparativo, cuya conclusión será de mucha utilidad para la economía familiar, sobre todo de los lugares más aislados y pobres.
