Vislumbraba el domingo 26 de mayo del año en curso, el sol empezaba a extender sus brazos y el abrazo aniversario de la provincia de Ilo se veía venir y tú presurosa te remontabas a los altos del cielo, en procura de ser parte de aquel afecto que le tenías al terruño porteño, que te vio crecer, pero te ganó el suspiro de añoranza por sentirte lejana y tu tristeza se hizo silencio.
Hoy estas junto a las almas buenas de esta tierra, que extrañará tu melancólica gramática de tus versos, cálidos, amigables y dulcemente tiernos, para tu Ilo amado.
Ve en paz Chelita, siempre serás parte de nuestro hoy, triste alegría porteña. Hasta siempre Ileña, de alma, vida y corazón.
AGUVERDILL