Por: María Isabel Vera – Directora médica de Abbott y magister en nutrición clínica
Como primera línea de defensa contra la pandemia de coronavirus, el personal de salud dedica muchas horas a la atención médica de las personas enfermas, están muy expuestos al virus y por ende corren mayor riesgo de contagiarse.
Por eso el uso de equipos de protección personal (EPP) son fundamentales para ayudar a permanecer seguros mientras atienden a los demás. Sin embargo, usar el equipo de protección durante largos períodos de tiempo les puede dificultar la nutrición e hidratación diaria que requieren para salvaguardar su propia salud y mantener un buen sistema inmune que le permita enfrentar la enfermedad en caso de contagiarse.
Entonces, cuando la acción parece no detenerse, ¿cómo los médicos, enfermeras y otros empleados de la salud satisfacen sus necesidades de nutrición e hidratación? Los trabajadores de la salud que están en el frente tienen una pequeña ventana de tiempo cada día para comer e hidratarse, por lo que es especialmente importante que se concentren en nutrientes que satisfagan su apetito y sus necesidades nutricionales.
UNA DIETA RICA EN NUTRIENTES
Hay cuatro nutrientes que deben priorizarse en una dieta. Las proteínas, las fibras, las grasas saludables, y las vitaminas y minerales.
La ingesta regular de proteínas puede ayudar a las personas a sentirse satisfechas durante períodos más prolongados a lo largo del día. Algunas fuentes de proteínas de alta calidad incluyen pollo, pescado, huevos, lácteos, productos de soya, frejoles, legumbres, nueces y semillas.
La fibra contribuye a la sensación de saciedad. Un estudio reciente concluyó que en comparación con los participantes que consumieron un pan con bajo contenido de fibra, los participantes que comieron un pan hecho con almidón resistente (un tipo de fibra) experimentaron una disminución de los niveles de hambre durante tres horas después de comerlo. La fibra también ayuda con la digestión de los alimentos y ayuda al cuerpo a absorber nutrientes críticos.
En el caso de las grasas saludables, su digestión produce 9 calorías por gramo, en comparación con las 4 calorías por gramo de los carbohidratos y las proteínas. Comer alimentos con grasas saludables o buenas como nueces, aceitunas, pescado graso y soya puede ayudarte a satisfacer las necesidades calóricas diarias más fácilmente, especialmente cuando se está en constante movimiento.
Cumplir con las recomendaciones diarias de vitaminas y minerales es importante en la construcción de un sistema inmune saludable. Específicamente, las vitaminas A, C, E y el zinc pueden ayudar a fortalecer el sistema inmune.
Las vitaminas A, C y E se pueden encontrar en productos de origen vegetal y animal, como frutas y verduras, productos lácteos, carne y nueces. Y el zinc se puede encontrar en la carne de res, pollo, yogur y legumbres.
CÓMO LOGRAR UNA HIDRATACIÓN DURADERA
Los trabajadores de la salud que usan equipos de EPP deben ser más diligentes para mantenerse hidratados. Sin embargo, incluso aquellos de nosotros que podemos beber agua libremente durante el día, corremos el riesgo de deshidratación.
Para promover la salud inmune y mantener la energía durante el día, los profesionales de la salud que están en el frente pueden implementar algunas tácticas de hidratación.
Entre ellas está beber mucha agua después del trabajo, utilizar bebidas con electrolitos y comer frutas y verduras ricas en agua. De acuerdo con la Academia de Nutrición y Dietética, se puede obtener hasta un 20% de las necesidades diarias de líquidos solo de los alimentos.