POR: MIGUEL CÉSPEDES RODRÍGUEZ
Al analizar los datos sobre la ejecución de obras por parte de los gobiernos regionales (GORE), se pueden lograr las siguientes conclusiones:
GORES CON UN DESEMPEÑO CONSIDERADO «BIEN»:
Ucayali, logró un avance del 94.3% en la ejecución de su presupuesto (PIM), dejando solo 33.7 millones sin gastar. Este es el mejor desempeño de la lista. Amazonas, alcanzó un 91.2%, también en la categoría de «BIEN», dejando 34 millones sin ejecutar.
GORES CON DESEMPEÑO «REGULAR»:
Ica, con un 88.0%, muestra un avance significativo, aunque dejó 65.9 millones sin gastar.
Tacna: Con un avance de 86.3%, ejecutó una buena proporción de su presupuesto, pero aún dejó 40.6 millones pendientes.
Cusco, aunque es el gobierno regional con el presupuesto más alto (1,141 millones), solo logró un avance del 83.5%, dejando un monto considerable sin gastar (188.7 millones).
Arequipa, con un 80.4%, también en categoría regular, dejó 129.5 millones sin ejecutar.
GORES CON DESEMPEÑO «BAJO»:
Puno, Solo alcanzó el 73.7%, dejando 221.2 millones sin gastar, el mayor monto absoluto no ejecutado entre los gobiernos del sur.
Moquegua, logró un pobre avance del 70.6%, con 98.8 millones sin ejecutar, a pesar de contar con uno de los presupuestos más bajos.
OBSERVACIONES SOBRE PUNO Y MOQUEGUA:
Puno resulta preocupante que, a pesar de tener un presupuesto considerable (841.7 millones), haya dejado sin ejecutar el 26.3% de su presupuesto. Esto podría reflejar problemas en la gestión administrativa, planificación y la burocracia.
Moquegua que tiene el presupuesto más limitado (336.2 millones), tampoco logra superar el 70.6% de ejecución. ¿Esto pone en evidencia la necesidad de mayor capacidad técnica y administrativa?
La incapacidad de ejecutar presupuestos asignados afecta directamente la generación de beneficios sociales, como: Creación de empleo, dado que las inversiones públicas en obras generan empleo directo e indirecto, lo que dinamiza la economía local. Proyectos inconclusos o retrasados impiden el acceso a servicios básicos que mejoran la calidad de vida. La ejecución efectiva de obras puede reducir brechas sociales y económicas en regiones vulnerables.
Los gobiernos regionales con un desempeño «bien» (Ucayali y Amazonas) han demostrado mayor capacidad para planificar y ejecutar sus recursos.
Los gobiernos con un desempeño «bajo» (Puno y Moquegua) necesitan revisar y mejorar sus procesos administrativos y de gestión para garantizar un uso eficiente de los recursos.