POR: ENRIQUE RIVERA SALAS
De una clara inteligencia y fino trato diplomático, arquitecto de su propio destino, inquieto, multifacético, fue el hombre de su tiempo.
Veamos su historial para aceptarlo como tal.
Gerardo Alberto Cornejo Iriarte nació en Arequipa, un martes 11 de abril de 1876, hijo legítimo de don Francisco Cornejo y doña María Isabel Iriarte. Fue bautizado el 25 de abril de 1876 en la parroquia del Sagrario.
Cursó sus primeros estudios en los colegios del Dr. Mariano Docarmo; en el San Luis Gonzaga, bajo la dirección del preceptor Francisco Gironda; y en el Colegio Santo Tomás de Aquino, dirigido por el Dr. Lorenzo Ballón.
Ingresó a la Universidad Nacional de San Agustín en 1894. Su paso por esta institución nos muestra a un joven luchador y rebelde, cuyos claustros eran refugio del conservadorismo.
En 1904 se graduó como doctor en Ciencias Políticas y Administrativas, y obtuvo el grado de abogado y doctor en Derecho. Tenía 27 años cuando este inquieto personaje continuaba con ansias de saber.
Viajó a España para seguir estudios en la Universidad de Valencia, país cuya arquitectura mudéjar y gótica influyó notablemente en su formación. Se graduó como arquitecto e ingeniero constructor, asimilando con facilidad las corrientes arquitectónicas de la España decimonónica.
De vuelta a su tierra, obtuvo el grado de doctor en Ciencias Físicas y Naturales, sustentando la tesis Modificaciones del clima de Arequipa en la Universidad Nacional de San Agustín.
Contrajo matrimonio con doña Jesús Natividad Bustamante Cáceres.
El 27 de enero de 1895 ingresaron a Arequipa el coronel Eduardo Yesupet y don Amador del Solar con fuerzas revolucionarias que obedecían a Nicolás de Piérola. Tras combatir con las fuerzas gobiernistas, Cornejo Iriarte participó activamente en la revolución de 1895. Con apenas 19 años fue uno de los planificadores del ataque a la ciudad junto a los montoneros coalicionistas. Su vivienda funcionó como cuartel general.
Yesupet asumió la prefectura por algunos días y Cornejo Iriarte, sensible a las inquietudes sociales y políticas de su pueblo y de su época, asumió eventualmente el cargo de secretario del coronel Enrique Galdós.
En 1898 representó a la Universidad de San Agustín en la transmisión del mando de Eduardo López de Romaña como presidente de la República (1898–1903).
Nuevamente, en 1903 asistió a la asunción del gobierno del presidente Manuel Candamo Iriarte, representando a la Universidad Nacional de San Agustín.
Trabajó en la docencia secundaria en el Colegio de la Independencia Americana, el Colegio Juan C. Rossel y en el mercedario San Pedro Pascual, bajo la dirección del padre Calixto C. Arenas.
Obtuvo las cátedras de la UNSA en las facultades de Derecho, Ciencias Físicas y Naturales, y Ciencias Políticas y Administrativas.
Durante la gestión del alcalde Octavio Muñoz Najar ingresó al Club Literario de Arequipa.
En 1906, en la alcaldía del señor J. Elisa Pereira, ocupó el cargo de inspector. Nuevamente, en 1910 fue nombrado inspector de Obras Públicas en la gestión del alcalde Dr. Eleodoro Del Prado.
En 1908 ingresó como cronista al periódico El Deber, donde permaneció hasta 1940. Con los poetas e intelectuales arequipeños Percy Gibson Moller, Renato Morales, Augusto de Romaña, Carlos Chirinos Pacheco, Mateo M. Cossio, Federico Ricketts, Alfredo Guinassi Morán y Guillermo Morrison, fundó la revista Albores.
En la labor periodística también participó en el diario El Pueblo, de Edilberto Zegarra Ballón, su fundador, hombre de inquietudes. No solo estuvo inmerso en la actividad profesional: también fue redactor de la revista El Derecho y, posteriormente, columnista del diario Correo, además de inspector de instrucción y de sindicaturas de gastos.
Continuará…
