POR: JULIO FAILOC RIVAS
La reciente resolución emitida por la PCM -en la que se formaliza la conformación del “Comité de Monitoreo, Seguimiento y Verificación de los Acuerdos de la Mesa de Dialogo para analizar la problemática minera” del Departamento de Moquegua- es más lesivo de lo que parece, sin embargo, no las han vendido como la “varita mágica” que va a solucionar los problemas de incumplimiento de la actividad minera. Pero la cosa no queda allí, sino que también ha generado una confusión en la población hasta el punto de creer que éste comité reemplaza a la mesa de diálogo para analizar la problemática minera.
¡Nada más falso que ello, porque se trata de otra cosa! Analicemos el fondo de asunto para mayor claridad de nuestros lectores.
En primer lugar, “Comité de Monitoreo, Seguimiento y Verificación de los Acuerdos de la Mesa de Dialogo para analizar la problemática minera” es el mismo comité que hacía seguimiento a los acuerdos con Anglo American Quellaveco, solo que con una mayor presencia del Estado. Es decir, si antes el Estado estaba representando por el Gobierno Regional de Moquegua y los tres gobiernos locales (Ilo, Mariscal Nieto y Sánchez Cerro), ahora cuenta con la participación del representante de la Presidencia del Consejo de Ministros, quien hará la función de secretaría técnica, y del representante del Ministerio de Energía y Minas. En el caso de la sociedad civil se ha mantenido con la misma cuota de representación, distribuida entre las provincias de Ilo y Mariscal Nieto, y Torata, como zona de influencia directa del proyecto.
Todo bien hasta aquí, solo que salta la pregunta del millón: ¿a quién favorecerá la presencia de estos dos ministerios en el comité de seguimiento? Si es a favor de Moquegua, bienvenidos, pero si no es así, no solo nos vendieron gato por liebre, sino que también nos hicieron “cholito”. Nadie sabe para quién trabaja, ¿o sí?
Adicionalmente hay que señalar que la resolución de conformación del comité de seguimiento de los acuerdos con Quellaveco tiene una duración de un año, cuando es conocido que empresa tiene compromisos, tanto en la fase de construcción, como en la fase de operación y de cierre de minas, y cuyo horizonte temporal es más bien de largo plazo. El comité de seguimiento anterior tenía un plazo indeterminado por lo que se adaptaba mejor a nuestra realidad. Otro aspecto que debería corregirse es la representación del gobierno local de la zona de influencia del proyecto por obvias razones.
En segundo lugar, hay que aclarar que la mesa de diálogo se mantiene como tal y su función no es otra más que analizar la problemática de la actividad minera. La mesa es un espacio donde se toman los acuerdos con la actividad minera y que luego dan pie a que la creación de los comités de seguimiento como el que estamos analizando líneas arriba, y cuya función se limita solo a realizar el seguimiento al cumplimiento de los acuerdos con Quellaveco. En consecuencia, no es lo mismo, cada espacio tiene un rol claro que cumplir.
Finalmente, la resolución emitida recientemente ha incurrido en un craso error que merece ser rectificado dado que su alcance no debe ser solamente para Anglo American, sino también para el resto de la actividad minera.
Lo curioso es que todos critican el incumplimiento de los acuerdos con Anglo American Quellaveco, pero nadie habla de Southern Perú, que lleva más de 50 años de operación minera, con más de 14 años de diálogo, y sin ningún resultado a la vista que mostrar.
¿Cortina de humo o gato por liebre? Solo el tiempo lo dirá.