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22 noviembre, 2024 2:09 pm

Ganarán, pero no convencerán – I

POR: MANUEL PINTO MOSCOSO (mpinto@cee.uned.es) 

En este artículo voy a proponerles lo que en mi opinión subyace detrás de estas fraudulentas elecciones. No, el objetivo final de Perú Libre no es sólo ganar estas elecciones y que están a punto de conseguirlo con el valioso apoyo de nuestras autoridades electorales y gubernamentales. Los objetivos últimos y más importantes son otros.

La cuestión es que este fraude se ha preparado concienzudamente en los últimos tiempos. Y empezó con la manipulación y el control de las cabezas de organismos tutelares del Estado como la Fiscalía de la Nación, el Poder Judicial, el RENIEC, la ONPE, el JNE y la Junta Nacional de Justicia-JNJ. Que hoy el beneficiario sea Castillo es lo de menos y no anula esta tesis. Al contrario, es muestra de lo bien que ha funcionado la maquinaria cuando un candidato que tenía, según afirman, 2,5% de votos sube al 19% en unos pocos días y pasa a la segunda vuelta de modo tan sorprendente que ni las propias encuestadoras lo habían tenido en cuenta. Hoy ya hay evidencias y explicaciones del por qué: alteración, manipulación y falseamiento de Actas, es decir, fraude electoral.

Aquellas famosas, por el eco de la prensa adicta no por su valor en sí mismas, Reformas de la Justicia y Política del Gobierno anterior fueron un lastre que ahora pagamos y vivimos sus consecuencias. Poco técnico y de reflexión teórica había detrás de estas reformas sino más bien un uso politizado, partidista e ideológico, de la vida del Estado como es el de las instituciones tutelares del mismo. Reformas de gran calado hechas sin consenso con las demás fuerzas políticas y monocolor ideológicamente ¿así quieren que sean exitosas y que perduren en beneficio del país? De aquellos polvos estos lodos. No extraña, por eso, que aquellas instituciones sufran el deterioro de su misma incapacidad y parcialidad dirigencial porque les pusieron allí para algo, nadie tiene que venir a empujarlas para que se caigan, se caen ellas solitas. Y el daño que han hecho y seguirán haciendo al país es enorme como estamos empezando a conocer. ¿Esta es la forma como entendían estos señores la vida institucional que es la fuente de la actuación política en un país democrático? y ¿entenderán qué es la democracia y qué es la legalidad constitucional, y el debido proceso…y la justica pero la real no la formal?  ¡Y encima vienen en estos momentos a decirnos cómo debe gobernarse!

Decía el filósofo español de comienzos del siglo pasado don Miguel de Unamuno, de quien he tomado prestado el título de este artículo, “venceréis, pero no convenceréis”. Y es cierto para la actual coyuntura que vive el Perú. Tenemos que reconocer que el triunfo, falso, de Perú Libre en la segunda vuelta se ha debido al temor que han generado en múltiples estamentos de la sociedad peruana entre ellos estudiantes, empresarios, medios de comunicación, intelectuales, etc. que por subirse al carro ganador han dejado de lado valores tan importantes como Justicia, legalidad, verdad electoral, etc.

Esto nos llevaría al papel internacional que están jugando, equivocadamente, por un mero sentido de solidaridad política, organismos como la OEA que quedándose en la forma no analizan y no se detienen en el fondo del problema. Hay un fraude electoral pero no es especialmente en las formas (que han cuidado como hemos podido comprobar en la votación en Madrid) sino en el fondo. Es, como se dice ahora, “en mesa”. Si sólo observamos, como ha hecho este organismo y otros, el final de la película, pero no nos detenemos un poquito en el fondo veríamos que el fraude se ha dado en las ACTAS, en el manipuleo de ellas, en su falseamiento y en el momento de trasladar los resultados a la aplicación informática. Es decir, la digitalización la han hecho los digitadores que son trabajadores de la ONPE. Ya circulan por las redes, al menos, un video en este sentido y en el que se aprecia como un digitador manipula y cambia los resultados de la votación. ¿Esto tampoco tiene ningún valor probatorio para el JNE?

Si a esto sumamos que la única manera de confrontar y de resolver las impugnaciones es con los Informes de la RENIEC sobre persona, identidad y firma, y con la exhibición de los Padrones Electorales, al menos en el proceso mismo de resolución de las impugnaciones. Se niega y el propio Salas Arenas, increíble en un Fiscal Supremo, diga que no puede porque la verdad la debe resolver un juzgado penal.

Entonces ¿para qué está él allí presidiendo un tribunal que debe encontrar la “verdad electoral” no la verdad filosófica o penal? Es como si alguien que ha matado a otra persona con una pistola el Juez que ve la causa le niega al abogado defensor de la víctima que el arma sea analizada por peritos para que comprueben si con esa arma se cometió el delito y expliquen éstos cómo se cometió el crimen, los móviles del asesinato, el nombre de la víctima, etc. ¿Cómo, entonces, se va a probar el delito cometido y su responsable, porque el muerto bien muerto está? Pues esto es lo que están impidiendo los señores del JNE comprobar la posible comisión del delito electoral, para tranquilizarlos, usemos mejor la expresión el posible fraude electoral. ¿Es esto serio en un alto Tribunal de justicia electoral? ¿Qué capacidad de investigación procesal están mostrando al país y a la comunidad jurídica mundial estos señores? ¿Y qué bagaje teórico jurídico, y también social y filosófico, tienen para no explicar y justificar con profundidad y claridad jurídica unas resoluciones como éstas; considerando que las elecciones presidenciales tienen una enorme trascendencia para la vida de cualquier país democrático?

Análisis & Opinión