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¿Ganador? ¿Y sus consecuencias?

Por: Manuel Pinto Moscoso (mpinto@cee.uned.es)      

Escribo este artículo cuando aún no ha acabado el proceso electoral que, como sabemos, concluye con la Proclamación del ganador por el Jurado Nacional de Elecciones. Sin embargo, en una actitud de gran irresponsabilidad el Sr. Castillo se proclama ganador el miércoles 8 de junio y dice que, según sus cuentas, ya ganó! Y sus corifeos aplauden a rabiar y a escribir columnas y artículos pontificando la victoria y la gesta heroica del ganador.

¿Es esto serio? ¿Así es como entienden un proceso electoral democrático? ¿Y las irregularidades cometidas, muchas y en todas partes del Perú, no deberían resolverse antes dada la magnitud de los hechos denunciados y especialmente en los andes peruanos? No son simples alteraciones de la voluntad popular en sus votos. No, el hecho es inmenso y su magnitud todavía no acabamos de conocer porque cada día salen cosas nuevas. Cuando lo que deberían hacer, si realmente fueran demócratas como dicen que son, es llamar la atención y exigirle, primero a su líder Castillo, y después a la JNE que no permita excesos peligrosos como el realizado por Castillo al proclamarse ganador sabiendo de los cientos de actas impugnadas y que hasta que no se resuelva no puede darse por concluido el proceso electoral. La diferencia de votos es tan mínima que cualquiera puede resultar ganador.

No deja de sorprender y mereceríamos una explicación de las prisas por darlo por ganador ¿Qué se pretende con esta actitud? ¿La política de hechos consumados? ¿No les interesa que la otra mitad del país se sienta agraviada por este comportamiento? Es de una gran miopía desconocer cuestiones tan básicas como estas y que la historia ya recoge experiencias similares en distintos países del mundo con consecuencias muy negativas. Si se piensa que el país va a tener de esta manera tranquilidad y paz social se equivocan porque la indignación en todo el mundo está creciendo como podemos ver de las noticias internacionales.

Manifestaciones se están dando por todo lado Toronto, Roma, Madrid, Miami, Washington, Barcelona, etc.  Y la última multitudinaria manifestación celebrada en Lima el sábado 12 de junio debería hacer reflexionar al Gobierno y, especialmente, al JNE sobre la gravedad de las decisiones que este último debe tomar ante las denuncias de falsificación y alteración de actas. Y si estas elecciones finalmente le dieran la victoria a Castillo los rezagos que quedarán en las mentes y en los corazones del 50% del país no se disiparán así nomás. Sólo la justicia de las causas electorales puede traer la paz y la aceptación de un hecho tan grave como éste.

Decía, que las irregularidades detectadas a día de hoy pueden agruparse en los siguientes conceptos: firmas falsificadas de miembros de mesas (más de 500 actas), falsificación de resultados en mesa (más de 130  actas), miembros de mesa que son hermanos y con los dos mismos apellidos (más de 60 actas), invalidación por sumas erradas (más de 40 actas), actas donde Fuerza Popular obtuvo cero (0) votos cuando en primera vuelta obtenía numerosos votos (más de 40 actas y de distintas zonas del país como Amazonas, Ancash, Apurímac, Ayacucho, Cajamarca, Cuzco, Huancavelica, etc.), etc. ¿Estos son hechos aislados? No, esto obedece a un plan muy bien organizado y llevado adelante con mucho dinero como también hemos podido apreciar de las denuncias en los medios de comunicación, y eso que era el candidato que decían que menos dinero tenía de los participantes. Para verlo.

No obstante ello, las autoridades electorales en lugar de brindar las facilidades para la investigación y denuncia de estos casos pone trabas y desalienta, como esa decisión del viernes 11 de junio del JNE que por la mañana acuerda ampliar el plazo para impugnar más actas (más de 800 actas) y a las cuatro horas se desdicen y echan atrás dicho acuerdo. ¿Es esta una manera legal adecuada y correcta de proceder y sin justificaciones jurídicas relevantes, porque decir que se les había olvidado un decreto ley es tan pueril como inexplicable? ¿No son conscientes estos señores de la gravedad de los hechos denunciados y del estado emocional del país? ¿Cuándo medio Perú está convencido ya de las irregularidades que se intenta tapar y dar carpetazo, llamando como hacen al reconocimiento apresurado de Castillo como ganador cuando aún no se han visto todas las actas (y de las que seguimos tomando conocimiento cada día que pasa) falsificadas, cuando lo que deberían defender estos señores del JNE es que la victoria sea limpia, que no haya el mínimo atisbo de dudas sobre la imparcialidad de un proceso con tanta relevancia para el Perú? Los hechos denunciados no son responsabilidad de las autoridades sino de uno de los actores en la contienda.

Los que hemos sido personeros hemos podido apreciar una de las formas cómo ha actuado  Perú Libre y hemos visto su modus operandi que pasaba por instruir a sus representantes para madrugar y llegar a los colegios electorales y ocupar las mesas de los ciudadanos que no se presentaban. Una vez con el control de la mesa el desenlace era el imaginado: alteración de las actas. Esta es una de las explicaciones de que estas alteraciones en las actas haya sido masiva, en todo lugar pero especialmente en la sierra del Perú donde no había personeros de Fuerza Popular ni de Perú Libre porque los de Perú Libre ya estaban en la mesa directiva!

Como decía, las irregularidades detectadas son innumerables pero lo lamentable es que los que se dicen demócratas y respetuosos del Estado de derecho también se apresuren a reconocer a Castillo como Presidente y cándidamente lo celebren. ¿Es ésta la forma cómo entienden unas elecciones estos apóstoles de la ley y de la democracia? Parte de la prensa y de los medios de comunicación han denunciado y mostrado las numerosas actas falsificadas y alteradas y también han mostrado la forma cómo Perú Libre ha llevado adelante esta violación de la voluntad popular que cualquier ciudadano puede comprobar fácilmente y yo invito a hacerlo simplemente entrando a la web de la ONPE y comparar las actas denunciadas que allí figuran.

¿Cómo, pues, ante este panorama puede sostenerse que ya hay un ganador y pontificar sesudamente sobre las consecuencias políticas del mismo? ¿Análisis que se pretenden acuciosos sobre teoría política que parten de estos comportamientos ilegales? ¿Vamos a continuar con el “todo vale en política”? ¿No es este comportamiento el que nos ha traído a la situación actual de crisis sistémica que vive el Perú? No todo vale en política señores. Se me responderá que la política es así, que “el fin justifica los medios”, concepto de Maquiavelo mal interpretado y mal utilizado porque se olvidan de que el fin para Maquiavelo era el Estado, que todo lo que se ganase con ello era para el Príncipe (es decir, lo que es el Estado actualmente) y no para el político (o el partido) individual. Detalle que parece insignificante pero que no lo es. Y de ahí la apelación al nombre de “hombres de Estado”, es decir, de aquello que anteponen los intereses de la Patria a los suyos.

Da tristeza que no se den cuenta que así no progresaremos y más con un programa económico y político trasnochado y antihistórico como el presentado. Sólo la verdad y la justicia de un proceso electoral limpio nos pueden traer tranquilidad y aceptación ciudadana. Y a día de hoy estamos muy lejos de ello. Quieren cerrar a toda prisa y como sea un problema gravísimo que se ha convertido ya en un hecho histórico para nuestra Patria. Las llamadas al reconocimiento de las virtudes de Castillo ganador dejémoslas para más adelante cuando lo veamos gobernar, si finalmente gana, y allí nos enteraremos de quién es realmente Castillo.

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