El uso de aguas subterráneas en la provincia de Islay es la única alternativa viable para garantizar el abastecimiento de agua limpia y sostenible, sin depender de otras regiones como Moquegua o Puno. Así lo recomendó el ingeniero Carlos Bernedo Arenas durante la ponencia “Río Tambo: Contaminación, Amenazas y Desafíos”, organizada por la Federación de Organizaciones Agrarias y Productivas de la provincia de Islay (Foapia), realizada este lunes en el Instituto Jorge Basadre.
EVALUACIÓN CRÍTICA DE LA SITUACIÓN DEL RÍO TAMBO
En su exposición, el ingeniero Bernedo detalló los graves niveles de contaminación del río Tambo, atribuibles principalmente a fuentes naturales, pero también a la actividad minera en la cuenca alta. Señaló que, de continuar esta tendencia, el río está en camino de convertirse en un “río muerto” y el valle, en un “valle fantasma”.
“Las aguas subterráneas son la única fuente alternativa para abastecernos de agua de calidad a bajo costo. Están casi sin explotar y tienen gran potencial”, explicó Bernedo.
LA SOLUCIÓN ESTÁ BAJO NUESTROS PIES
Entre las principales recomendaciones técnicas, se propuso implementar un sistema mixto de abastecimiento hídrico: aprovechar aguas de lluvia entre enero y marzo y utilizar aguas subterráneas entre abril y diciembre. Estas últimas, de acuerdo con Bernedo, están disponibles en el subsuelo de la provincia y podrían satisfacer la demanda agrícola, urbana e industrial.
“Debemos dejar de depender de represas contaminadas aguas arriba. Tenemos nuestros propios acuíferos, pero no los estudiamos ni usamos”, puntualizó.
¿CÓMO SE OBTENDRÍA EL AGUA SUBTERRÁNEA?
El ingeniero Carlos Bernedo explicó que, para acceder a este recurso, primero se deben identificar y caracterizar los acuíferos existentes en la provincia de Islay, a través de estudios especializados hidrogeológicos e hidrogeoquímicos en puntos previamente seleccionados. Estos análisis permitirán conocer aspectos clave como el caudal, calidad, profundidad y tipo de acuífero, a fin de determinar cuáles son aptos para su explotación.
Posteriormente, se deberá solicitar la autorización respectiva a la Autoridad Nacional del Agua (ANA) para realizar pozos exploratorios y registrar reservas hídricas subterráneas, a fin de evitar que estas sean concesionadas a terceros, como empresas mineras. Con esta información, se podrá formular y ejecutar un proyecto de captación de agua subterránea para la provincia, mediante infraestructuras como galerías filtrantes, pozos profundos o túneles de captación, dependiendo de la ubicación de los acuíferos. El volumen de agua a captar estará determinado por un balance hídrico y la propuesta técnica elaborada por las juntas de usuarios, quienes también deberán tramitar las licencias de uso de aguas subterráneas ante la ANA.
LLAMADO A LA ACCIÓN COLECTIVA
El presidente de Foapia, ingeniero Percy Puértolas Salazar, destacó que esta ponencia busca abrir un proceso de socialización del problema hídrico de la provincia y promover propuestas viables. La exposición estuvo dirigida a representantes de juntas de usuarios, municipios, periodistas y dirigentes agrarios.
“Las soluciones deben ser conjuntas, sin ideologías políticas ni intereses personales. Es hora de trabajar en serio por el agua”, añadió Bernedo al cierre del evento.