lunes, 24 de noviembre de 2025
  • UDI Unidad de Investigación 969 164 351
  • Central de Noticias 956 424 000
  • Publicidad Edición Impresa 974 466 951

Fernando Olivera, de procesado en un caso de corrupción a pretender ser abanderado anticorrupción

La trayectoria de Fernando Olivera vuelve al debate público: mientras intenta presentarse como adalid anticorrupción, persisten las sombras de su intervención en el caso Interoceánica.

ARCHIVO

- Advertisement -

POR: FERNANDO VALDIVIA CORREA.

Probablemente los jóvenes de la denominada “Generación Z” no conozcan o recuerden a este personaje, y los que no lo somos, preferiríamos olvidarlo. Pero esto último no es posible, de momento. Fernando Olivera ha lanzado, una vez más, su candidatura presidencial, y en esta ocasión de la mano de la agrupación política “Frente de la Esperanza”, y fiel a su estilo beligerante, literalmente va disparando con todo, y contra quienes se le crucen en el camino. Hace unos días arremetió contra Martín Vizcarra, tildándolo nuevamente de genocida y responsabilizándolo de la muerte de cientos de miles de compatriotas a causa del COVID-19, aunado a las compras irregulares de las pruebas rápidas que terminaron arrojando falsos positivos. Bueno, tiene razón. Sin embargo, le tocó el turno a José Jerí. Sorprendentemente, el exministro de Justicia declaró sobre el mandatario que “es el representante del Congreso de la corrupción”. Ligero e impreciso, aunque conociendo al otrora “Popy” es entendible su posición, considerando que tiene “techo de vidrio”.

A fines de julio de 2005, en pleno boom de los commodities, el gobierno de Alejandro Toledo estaba por firmar el contrato de concesión de la carretera Interoceánica tramos 2, 3 y 4 (IIRSA Sur) con Odebrecht. Pero había un problema. Dos, en realidad. La Contraloría General detectó que existía sobrevaloración del precio ofertado en 100 %, y además la empresa brasileña tenía litigios contra el Estado peruano.

Según tesis fiscal, Olivera Vega, quien para ese momento era embajador de nuestro país, retornó de inmediato a pedido expreso de Toledo Manrique, reuniéndose con Genaro Matute, entonces contralor. Tras varias horas de conversaciones, finalmente, el 5 de agosto de aquél año, Matute fue convenientemente “convencido” de la posición favorable del Ejecutivo, lográndose firmar dicho contrato de concesión.

El propio Fernando Olivera, ocho días después, en improvisada conferencia de prensa, se jactó de haber intercedido a favor de la citada corporación con estas palabras: “Fuimos a la Contraloría a las cinco de la tarde y terminamos a las dos de la mañana, trabajando, explicándole a los técnicos de la Contraloría con documentos, con pruebas (…). Si no se levantaba la acusación de que había una sobrevaloración del 100 % en la carretera Interoceánica, ese contrato no se iba a firmar”, puntualizando que “El 4 de agosto, antes de firmar el contrato, a las 10:00 de la mañana, el contralor mandó otro oficio diciendo que no se podía porque los contratistas tenían juicios abiertos con el Estado. Y de nuevo, ¿quién estaba allí para contribuir a resolver el problema? ¿Quién? Con toda modestia: Fernando Olivera”.

Por ese motivo, luego de catorce años (agosto de 2019), el deslucido Equipo Especial Lava Jato lo comprendió como investigado junto a Toledo Manrique, acusado en aquel contexto de haber recibido coima de la corrupta trasnacional carioca. Transcurrido un lustro, solo Alejandro Toledo ha sido sentenciado.

Seis años han pasado desde que el controvertido fiscal José Domingo Pérez tomó su declaración indagatoria, y la interrogante es: ¿cómo va el juicio contra Fernando Olivera Vega?

LO ÚLTIMO