La Sra. Lucila Apaza Arapa, junto a su familia, sigue luchando por justicia seis meses después del trágico accidente vehicular ocurrido en el kilómetro 122 de la carretera costanera norte, donde un patrullero de la Policía Nacional del Perú (PNP) chocó frontalmente contra el colectivo en el que viajaban.

El impacto dejó como saldo la muerte de su hijo menor de edad y del conductor del vehículo, Iván Rodríguez Tunga, además de causar graves lesiones a los demás ocupantes.

“Viajábamos de Mollendo a Antofagasta cuando, de repente, el patrullero apareció y nos chocó. Perdí a uno de mis hijos, yo tuve tres operaciones, mi hija quedó con las piernas rotas y mi otro hijo con lesiones en la cadera”, relató Apaza.

Pese a la gravedad del caso, la familia denuncia que el proceso judicial avanza con lentitud y cuestiona el accionar del fiscal encargado. Según Apaza, el policía que conducía el patrullero, identificado como Julio Aníbal García Huaraca y asignado a la Comisaría de Ciudad Nueva, sigue en libertad y no ha recibido ninguna sanción por parte del Comando Policial, ni del Poder Judicial.

“No es posible que mi hijo esté muerto y él esté feliz. Este policía ha destruido dos familias. Yo he tenido que enfrentar tres operaciones: me rompí la clavícula, las costillas, mi pelvis se abrió, casi pierdo la pierna. Si no fuera por préstamos de dinero, prácticamente estaría muerta”, expresó entre lágrimas la madre.

Apaza también recordó que el chofer fallecido, Iván Rodríguez Tunga, dejó a su esposa y a cinco hijos en una situación de desamparo. Ante esta tragedia, la familia exige que las autoridades tomen medidas inmediatas para hacer justicia y sancionar a los responsables.

La lucha por justicia continúa para esta familia, que busca no solo una respuesta legal, sino también apoyo para superar las secuelas físicas, emocionales y económicas de este trágico accidente.