Los proyectos ejecutados bajo la modalidad de administración directa, una práctica común en el Gobierno Regional de Moquegua y diversas municipalidades, presentan serias deficiencias en la gestión del presupuesto y los plazos de ejecución.
Estas obras, que son desarrolladas directamente por las entidades públicas sin contratar empresas constructoras externas, suelen demorar más de lo planificado y generar sobrecostos significativos, afectando el avance de la inversión pública regional.
El contador Iván Carrera, especialista en gestión pública, explicó que este tipo de proyectos “terminan costando el doble o incluso el triple de lo presupuestado”. Si bien la administración directa permite a las instituciones tener un control más cercano sobre los recursos, en la práctica, señaló, “las demoras y los gastos adicionales reducen la capacidad para concretar otras obras importantes”.
El especialista subrayó que este tipo de situaciones provoca un efecto dominó en la inversión pública, ya que las ampliaciones de plazo y los incrementos presupuestales obligan a las autoridades a postergar otras obras planificadas.
Asimismo, observó que, ante la falta de proyectos de envergadura, muchas gestiones locales se han limitado a realizar mantenimientos menores o trabajos superficiales. “Hacen lo más sencillo y rápido, y el dinero se va escurriendo. Vemos autoridades que pintan y repintan las calles, sin dejar obras trascendentes”, comentó.
De acuerdo con Carrera, es necesario fortalecer la planificación y la supervisión técnica de los proyectos públicos, así como priorizar modalidades que garanticen eficiencia, transparencia y resultados sostenibles para la población moqueguana.

