Por: Mauricio Aguirre Corvalán
Con una carta extensa, acusaciones por doquier y en la que casi casi se autoproclamaba como una suerte de adalid de la democracia, la semana pasada el magistrado Luis Arce Córdova “declinó” a ser parte del Jurado Nacional de Elecciones. Con el paso de los días, y a la luz de nuevos hechos, va quedando claro que se trató del inicio de una estrategia que busca dejar en offside al Pleno del Jurado y así frustrar o dilatar lo más posible la resolución de las apelaciones presentadas por Fuerza Popular a sus pedidos de nulidad, ya rechazados en su totalidad por 37 Jurados Electorales Especiales en todo el país.
En su escrito, Arce Córdova señala que declina “con el fin de evitar que la representación que ejerzo y mis votos en minoría sean utilizados para convalidar falsas deliberaciones constitucionales que son en realidad decisiones con clara parcialización política en el Pleno del Jurado Nacional de Elecciones”. Luego añade que “existen ya decisiones adoptadas que impedirán el conocimiento de la verdad y el alcance de la justicia electoral”, para agregar que tiene “conocimiento de fuente directa que dichas reclamaciones serán infructuosas”, y terminar afirmando que “todo parece estar consumado desde hace mucho tiempo atrás”.
Como se esperaba, la salida de Arce Córdova generó todo un revuelo porque con sólo tres miembros el JNE quedaba en una parálisis completa. Tanto así que recién ayer lunes se reanudaron las sesiones para resolver las apelaciones de Fuerza Popular. Se perdieron cuatro días. Parte del objetivo estaba cumplido.
Aun a sabiendas que por ley su cargo es irrenunciable en periodos de proceso electoral, Arce decidió patear el tablero. Lo paradójico es que en su propia carta lo admite. “Si bien no es permitida la renuncia, sí es viable la declinación formal al ejercicio de las funciones como miembro titular”, argumenta Arce. Y acto seguido le pide al Pleno del JNE que solicite a la Fiscal de la Nación para que el miembro suplente ejerza funciones en su reemplazo en lo que resta del proceso electoral.
Arce declina y no renuncia jugándole chueco a la ley, y de taquito, le pone la pelota frente al arco para que el presidente del JNE no tenga otra opción que suspenderlo y designar al miembro suplente, y así se meta un autogol de aquellos que le abra la posibilidad a Fuerza Popular de terminar paralizando por completo al Pleno del JNE, y no pueda terminar de resolver las apelaciones de nulidad de actas, o en el peor de los casos, sus decisiones se dilaten lo más posible.
Qué casualidad que ayer lunes, justo antes del inicio de las audiencias del Pleno del JNE para continuar con la revisión de las apelaciones a los pedidos de nulidades, la personera legal de Fuerza Popular presentó un escrito donde solicitaba anular la resolución del presidente del JNE que declaró la suspensión de Arce Córdova. La jugada en pared era más que evidente.
Apenas reanudadas las audiencias, lo primero que planteó Lourdes Flores Nano fue justamente la ilegalidad de los procedimientos que permitieron la recomposición del JNE. Pidió anular la suspensión de Luis Arce Córdova y por consiguiente el nombramiento de Víctor Rodríguez Monteza como su reemplazo por actos irregulares que van en contra de la Ley Electoral y de la propia Ley Orgánica del JNE. Para Flores Nano “se ha convertido una declaración en una renuncia” y se “ha pretendido cubrir esa suspensión a través de algo que la ley no contempla. Es ilegal”. Por la tarde el Pleno del JNE declaró improcedente el pedido de Fuerza Popular.
Por lo menos por ahora, el JNE ha podido seguir con la resolución de las apelaciones, pero de seguro en los próximos días veremos qué tanto más se buscará estrangular a la máxima autoridad electoral para desacreditar lo más posible su decisión final.