El Dr. Alexander Jove Vildoso, dermatólogo del Hospital Regional de Moquegua, destacó la importancia de proteger la piel frente a los efectos dañinos de la radiación ultravioleta (UV).
RADIACIÓN UVA y UVB
Durante una charla informativa, explicó las diferencias entre los dos principales tipos de radiación UV: UVA y UVB, y sus consecuencias sobre la salud cutánea.
El especialista señaló que la radiación UVA penetra profundamente en la piel, siendo responsable del envejecimiento prematuro y la aparición de arrugas, mientras que la radiación UVB afecta las capas más superficiales, causando quemaduras solares y aumentando el riesgo de desarrollar cáncer de piel.
RECOMENDACIONES
Para reducir estos riesgos, el Dr. Jove Vildoso recomendó:
Uso de bloqueador solar: De amplio espectro con un Factor de Protección Solar (FPS) de al menos 30, reaplicándolo cada 3-4 horas.
Asimismo, uso de ropa que cubra la mayor parte del cuerpo, sombreros de ala ancha y gafas de sol con filtros UV.
Evitar horarios de mayor riesgo entre las 8 a.m. y las 4 p.m., cuando la radiación solar es más intensa.
LA PIEL Y MITO
Además, explicó que el color de la piel influye en la sensibilidad a los rayos UV. Las personas con piel más clara (fototipos bajos) requieren bloqueadores con un FPS de 50 como mínimo.
También desmintió el mito del «bronceado saludable», aclarando que este es un signo de daño acumulado por la exposición solar.
El dermatólogo alertó sobre el carácter acumulativo del daño solar, que puede manifestarse incluso décadas después. Recomendó usar como referencia la longitud de la sombra para evaluar la intensidad del sol: una sombra corta indica mayor riesgo, mientras que una sombra larga indica menor exposición peligrosa.
HÁBITOS DE PROTECCIÓN
El Dr. Jove Vildoso subrayó la importancia de inculcar hábitos de protección solar desde la niñez y aseguró que el cumplimiento de normativas escolares en este ámbito es esencial para reducir el impacto de enfermedades como el cáncer de piel.
Asimismo, señaló un aumento de casos de cáncer cutáneo en personas mayores, causado por la falta de cuidados en años anteriores.
