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Es hora de definiciones

El Perú está a puertas de tomar una decisión colectiva que gravitará profundamente sobre nuestro país y que podría enrumbarlo hacia un sistema que todos hemos visto en países vecinos la tragedia que ha significado y significa para sus pueblos el modelo marxista que propugna el Sr. Castillo para nuestra Patria…

POR: MANUEL PINTO MOSCOSO (mpinto@cee.uned.es)      

Hago un paréntesis en esta serie para escribir sobre la perentoria y urgente actualidad saliéndome de los objetivos de “Regresando al Perú, Caminando al Desarrollo”. La gravedad de la situación lo hace necesario. Espero lo comprendan.

El Perú está a puertas de tomar una decisión colectiva que gravitará profundamente sobre nuestro país y que podría enrumbarlo hacia un sistema que todos hemos visto en países vecinos la tragedia que ha significado y significa para sus pueblos el modelo marxista que propugna el Sr. Castillo para nuestra Patria, y en el que unos pocos amigos de ese probable gobierno decidirán en nuestro nombre lo que más nos conviene. Es decir, decidirán POR nosotros, pero SIN nosotros. El dicho que ustedes conocen muy bien: ¡por el pueblo, pero sin el pueblo!

En un momento pensé que las declaraciones previas a las elecciones del pasado 11 de abril serían matizadas o aclaradas una vez que ganara las elecciones Perú Libre. Pues me equivoqué totalmente. No sólo se mantenían, sino que en algunos aspectos se profundizaban por sus representantes e incluso por el mismo Sr. Castillo. Lo que, por otra parte, no es extraño pues es coincidente con lo que se recoge en su Ideario y Programa aprobado en febrero de 2020 y publicitado en diciembre del mismo año.

Sólo unas referencias fundamentales, porque el espacio que tengo para este artículo no da para más, para alertarnos de qué es realmente lo que quieren hacer si consiguen llegar a la Presidencia del Perú. Y no se trata de rechazar estas propuestas que como tales recogen un pensamiento político, respetable pero que no es nada conveniente para el Perú.

Añadiría más, muy peligroso pues en suma lo que se pretende es romper las reglas acordadas y aprobadas en referéndum con la Constitución hoy vigente. Y me refiero especialmente al modelo de libertades y al sistema económico que nos rige. ¿Hay alguien actualmente que duda de sus limitaciones? Creo que no. Pero esta Constitución ha permitido el avance social más importante de las últimas décadas, medido a través de los indicadores de disminución de pobreza y miseria en el país. ¿Qué queda mucho por hacer? ¡No hay ninguna duda tampoco!

Quedan, por citar sólo algunas, muchas infraestructuras por construir; bienes y servicios públicos por crear; hospitales, colegios, puentes, agua y saneamiento por construir; profundizar en la descentralización del Estado; luchar realmente contra la corrupción; gestionar eficientemente los gobiernos desde el nacional pasando por los regionales y los municipales; conseguir las vacunas que ahora no tenemos pues se muere nuestra gente, familiares y amigos en los hospitales sin camas UCI y sin oxígeno; hacer que paguen más impuestos los que más ganen; incrementar los salarios de los trabajadores; respetar la independencia del Poder Judicial y del Legislativo; mejorar el agro y a los agricultores; exportar más y mejor; regular mejor el mercado; incrementar la redistribución de la renta y la riqueza del país; industrializar el Perú; conseguir un endeudamiento externo más barato en los mercados internacionales; lograr un mejor pluralismo económico apoyando a los empresarios autónomos y microempresarios de tal manera que éstos se hagan grandes; mejorar el marco regulador de la competencia económica, etc.

Y todo esto, y más, se puede hacer dentro de la actual Constitución y dentro del actual modelo económico y social de libertades, derechos y deberes que debemos tener y cumplir. Y respetar las reglas de juego previsibles que hemos aprobado dentro de un marco de respeto a la legalidad y a la libertad. Pero me temo que no se opta por esto pues lo que se conseguirá es una sociedad más dual que la que tenemos, y en la que los allegados al gobierno totalitario gozarán de todas las prebendas y beneficios que el pueblo llano no tendrá. Y para comprobarlo no tenemos más que dirigir nuestras miradas hacia la gente que vive en estas dictaduras o seudo democracias.

Habría que recordar, todos, las palabras del Maestro Basadre “Entendemos como socialismo, por encima de rigideces ideológicas, la mezcla de dos ideales. De un lado, el ideal de libertad propio del liberalismo…Por otra parte, el ideal del desarrollo… sin cortar el estímulo a la libre iniciativa legítima y donde las actividades de todos estén enmarcadas dentro del interés general. ( ) Es posible una buena gestión social de los bienes en manos privadas bajo la vigilancia de un Estado exigente, así como cabe el funcionamiento de una mala gestión social en organismos estatales trabados por la ineficiencia, la lentitud burocrática o la corrupción.” (en Perú Problema y Posibilidad. Algunas reconsideraciones cuarentisiete años después, edición original de 1931, Quinta edición, Librería Studium, 1987, pág. 413).

Y esta es la realidad que tenemos que cambiar y no la Constitución ni el modelo económico que, no olvidemos, es una Economía Social de Mercado (artículo 58 de la Constitución del Perú). Invito a releer detenidamente los artículos 58 al 65 de la misma. Así como leer el Ideario y Programa de Perú Libre, especialmente sus capítulos II Hacia una nueva Constitución Política, III Nuevo régimen económico del Estado, IV Nueva escuela pública orientada a la liberación y VI Sobre política de transporte y medios de comunicación.

No le echemos la culpa ni a la Constitución ni al modelo económico y social de los errores y de la mala gestión de los dirigentes que han gobernado y gobiernan el Perú.

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