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¿El voto nulo y la indiferencia electoral?

POR: CÉSAR CARO JIMÉNE    

Según el Diccionario de la Real Academia (RAE), la indiferencia es un “estado de ánimo en el que no se siente inclinación ni repugnancia hacia una persona, objeto o negocio determinado; no hay ni preferencia, ni elección, ni adecuada información y por lo mismo en una consulta popular a una gran mayoría le da lo mismo votar por Juana o Chana o como sucede desde hace varias décadas en el Perú, en contra de alguien.

Panorama que se agudiza al sumársele la carencia de verdaderos partidos políticos, propuestas, ideologías y personajes que merezcan confianza tanto por sus ideas como por su trayectoria personal y pública, lo que también se da con casi todas las instituciones a lo largo y ancho del Perú. Pregunto: ¿qué porcentaje de ciudadanos confía en grado sumo en entidades, –por citar unas cuantas–, como el Poder Judicial, la PNP, el Jurado Nacional de Elecciones, en el Congreso, en el Ejecutivo, en los colegios profesionales, etcétera…a tal punto que podría decirse que se ha des institucionalizado el país, lo que viene ocasionando que la incompetencia y la corrupción reinen en la nación, lo que se refleja en las urnas, donde en el caso de la región Moquegua nos quieren obligar bajo un supuesto “democrático” entre dos opciones que lindan con la payasada, que tan solo nos aseguran que perderemos otros cuatro años.

Entonces: ¿por quién debemos votar? …Si nos guiamos por lo que dicen y ofrecen los candidatos, tendríamos que votar por ambos o por ninguno, opción última que me seduce más, dado que hay una tercera que puede marcar a partir de nuestra región un rumbo histórico a seguir: ¡viciar el voto! como muestra de nuestro descontento porque tal y como se conducen en la actualidad los procesos electorales, sobre todo en la lluvia de promesas sin sustento, a falta de debates me atrevo a proponer con ironía que al igual que en un concurso de belleza se organice en algún lugar de nuestra región la presentación de los postulantes, los cuales acicalados y vestidos con sus mejores galas, desfilarían mismos modelos donde exhibirían a falta de ideas, sus encantos entre el aplauso de muchos de los excandidatos que fueron sus rivales en las últimas elecciones.

Y todo lo anterior, ante la indiferencia de casi todos los medios y personajes que fungen de políticos, no obstante, las implicaciones éticas que están comprometidas, esas situaciones no constituyen una preocupación, no desvelan ni a los políticos ni a la sociedad. Se lo trata como un fenómeno “natural”. ¿Por qué la gente no se siente concernida, por qué prefiere no involucrarse, ni asumir ningún tipo de responsabilidad?

La explicación quizás la hallemos en el conocido verso atribuido a Bertold Brecht, que se puede aplicar tanto aquí, como en el resto del mundo:  Primero se llevaron a los comunistas, pero a mí no me importó porque yo no era. /En seguida se llevaron a unos obreros, pero a mí no me importó porque yo tampoco era. /Después detuvieron a los sindicalistas, pero a mí no me importó porque yo no soy sindicalista. /Luego apresaron a unos curas, pero como yo no soy religioso tampoco me importó. /Ahora me llevan a mí, pero ya es tarde.

Y si bien ello ocurrió en tiempo de los nazis, la actitud psicológica ligada con la indiferencia continúa dándose a lo largo del tiempo y el mundo, por lo cual no puedo dejar de resaltar que dado que entre los mayores problemas del Perú, destacan la indiferencia y la cobardía de la gran mayoría de la ciudadanía y gran parte de sus instituciones, tales como por ejemplo los colegios profesionales y los “partidos políticos”, que con su silencio cómplice abonan la corrupción y el desgobierno, y en muchos casos el ataque rastrero con adjetivos y mentiras la actitud de dos damas que se han atrevido a plantear una alternativa democrática como es el viciar el voto en el próximo balotaje electoral.

Me refiero a doña Pamela Blas que valientemente ha puesto y expuesto su medio al enfrentarse a la corrupción y Emperatriz Vizcarra quienes con su posición –que comparto–, quieren lograr que Moquegua, una vez más, de ejemplo de cuál es la ruta a seguir para luchar contra la podredumbre y la incompetencia política propiciada por las absurdas normas electorales actuales.

Por ello en esta ocasión, quiero rendirles un homenaje, porque en tanto muchos callan cómodamente, ellas, sobre todo Emperatriz, vocera de un colectivo, dice su verdad con valentía y continua en la brega a pesar de las mentiras e insultos de muchos cobardes que generalmente se refugian en el anonimato. Por ello, para ti hoy es mi admiración, porque puedes ver la luz con alegría cuando aparecen las tinieblas. Para ti hoy son mis palabras, para que recuerdes que estás llena de amor a Moquegua, –enseñanza de tu padre–, valentía y grandeza.

¡No te rindas porque ya has triunfado como lo demuestran los insultos a falta de argumentos de ambas organizaciones…ya has triunfado como lo demuestra el miedo del carretillero como el temor de la ahijada de quien nada ha hecho por Moquegua…! Ya has triunfado, porque has logrado, –sin intereses subalternos y sin financiamiento alguno que la opción del voto viciado haya y siga creciendo, ¡dando un ejemplo democrático al resto del país e incluso del mundo!  Necesitamos más mujeres como ustedes con decisión, mujeres con libertad, mujeres valientes, mujeres coraje, como en su tiempo lo fue Mercedes Cabello de Carbonera.

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