POR: JULIO FAILOC RIVAS
Ninguno se salva, todos los partidos (absolutamente todos), unos más que otros, tienen candidatos al congreso con procesos pendientes con la justicia. Los hay para todos los gustos, colores y delitos, por robo, estafa, falsificación, violencia familiar, violación, difamación, sedición, abuso de autoridad, etc., etc., etc.
Pero, hay un delito imperdonable que me llamo la atención, tal vez por el cargo al que aspiran sea el de convertirse en padre de la patria, cuando ni siquiera son capaces de cumplir con los alimentos de sus hijos.
Increíble, pero pareciera una competencia entre quienes son los partidos que colocan más aspirantes a congresistas con deudas a la justicia. De lo contario no se entendería porque habiendo puesto a disposición de los partidos mecanismos para hacer filtros y depurar las listas de los partidos, hayan sido seleccionados tantos bandidos.
Esto solo puede ser interpretado como que a la mayoría de los partidos le importa muy poco lo que piensa el electorado, de lo contrario hubieran presentado una oferta electoral, no solo de gente más preparada, sino también decente.
Son casi cerca de 200 candidatos que tienen procesos pendientes con la justicia de los cuales gran parte de ellos pertenecen a Fuerza Popular, el Apra, UPP, Podemos, Vamos Perú, Juntos por el Perú, Perú Libre, Perú Patria Segura, Avanza País, entre otros.
Todo esto abona más a la desconfianza, lo que aunado al poco tiempo que tienen los candidatos para diseminar sus propuestas y a la desinformación de la población, los riesgos de que retornen los “disueltos” y se cuelguen los bandidos, serán mayores.
La desinformación y la desconfianza, en la actual coyuntura, juegan a favor de los votos nulos y blancos, y éstos, en definitiva, favorecerán a los candidatos que forman parte de las listas de los partidos cuyos símbolos están mejor posicionados.
Los votos nulos y blancos, como lo señalamos en un artículo anterior, favorecerán el retorno de los disueltos y los bandidos. A mayor cantidad de votos nulos y blancos, la valla electoral no solo es menor en términos relativos, sino que también favorece a los habiendo logrado un porcentaje bajo, pero mayor que el resto, tengan una mayor cuota en el congreso, tal como ocurrió en las elecciones pasadas con Fuerza Popular que habiendo logrado el 30% ocupo más de dos tercios del congreso.
Hoy más que nunca el país necesita de una cruzada por el voto digno que evite la avalancha del voto nulo y blanco. La idea no es votar por el mal menor, sino votar decentemente que evite el retorno de la gente indecente.