Es una firme convicción propia que la escolarización, por lo menos secundaria, interrumpe con periodicidad en la educación. Llevo formando esta idea desde los quince años, y muchas veces, educadores y no educadores, me la han refutado con válidos argumentos; pero morir en nuestra ley es siempre una manera elegante de fracasar. También lo he conversado con varios amigos, y muchos de ellos concuerdan conmigo.

¿Qué se hace, entonces, si en el colegio no se llenan los vacíos de curiosidad? Buscar donde se pueda. Recuerdo haber llegado a los versos de Antonio Machado por Retrato, de Joan Manuel Serrat, a quien descubrí en Youtube.

Del mismo modo, descubrí a Drexler por medio de una playlist en Spotify; él me llevó a Sabina, Dylan, Silvio Rodríguez y demás trovadores y poetas. Entonces, estoy convencido de que consumir este tipo de contenido alternativo a los medios tradicionales, mucho mejor si es contenido alternativo dentro del contenido alternativo, siempre trae consigo una manera de aprender nuevas cosas.

Hace poco menos de año y medio que descubrí el canal de Youtube de Carlos Orozco. En el primer video que vi de él, se adentraba con un hábil análisis del periodismo nacional, para luego explicar la manera de pensar, hablar, entrevistar y escribir —y hasta el más pequeño ademán que realizaba durante sus conversaciones menos amenas— de César Hildebrandt.

Luego de un tiempo de seguirlo en redes sociales, anunció que preparaba junto a Hugo Lezama, su amigo por más de una década, un podcast llamado Moloko. Podcast, según la RAE, significa “emisión o archivo multimedia, en especial de audio, concebido fundamentalmente para ser descargado y escuchado en ordenadores o en reproductores portátiles”. El nombre Moloko hace referencia a La Naranja Mecánica de Stanley Kubrick.

Hasta ese momento no había oído muchos, pero comencé a escuchar muy a menudo su podcast; por supuesto, no soy parte de su público mayoritario: limeños hartos del tráfico. Pero también son un gran sector de sus oyentes, estudiantes que caminan a todas partes; pues no tengo ningún recuerdo de haber escuchado un podcast sin estar caminando y riéndome solo, como demente, ante la mirada de personas mucho más adultas que tal vez no conozcan el significado de podcast.

Paralelamente, escuchaba también Mi Novela Favorita, programa de RPP disponible en Spotify. Desde luego, la literatura es una de las artes más antiguas, y por ello no es realista haber leído todos los clásicos antes de los treinta. Si uno no se anima o no es fan de leer libros como El Retrato de Dorian Gray, se pueden escuchar en formato digital. En especial, este programa, está muy bien producido: la música siempre entra a tiempo, la dicción del narrador es impecable, los actores de voz viven su papel, y todo junto crea una atmósfera fantástica, propia de la literatura.

El consumo de estos programas de audio digital ha ido en aumento en los últimos años en Perú. Según estadísticas de Gestión, el 60% de internautas consume audio digital. Y de este grupo de usuarios, el 20% escucha podcast.

No obstante, hay valientes que se atreven a apostar por este medio, Carlos Orozco y Hugo Lezama, por ejemplo, que recientemente invirtieron en su programa para llevarlo no solo a los oídos de los miles de oyentes que tienen, sino que ahora suben los videos de ellos conversando a Youtube.

En fin, este medio está en una etapa joven aún, pero sin el entusiasmo de los ya mencionados, no se comenzaría a formar un apetito por propuestas culturales frescas.

Si no está muy ocupado, hoy, tal vez, o mañana por la noche, o por la mañana, puede escuchar el podcast que más le guste; le garantizo que no se va a aburrir.