POR: CÉSAR A. CARO JIMÉNEZ
Hace algún tiempo, publiqué dos artículos en los que expresé mi modesta opinión acerca de la política del Banco Central de Reserva del Perú y la necesidad de reevaluar la composición de nuestras reservas. En particular, cuestioné la postura de don Julio Velarde respecto a la preferencia por mantener reservas en bonos del Tesoro estadounidense o en dólares, en lugar de en oro. Mi argumento se basa en una razón fundamental: la significativa devaluación de la moneda estadounidense frente al oro en los últimos años.
Desde el año 2000 hasta 2024, las reservas de oro en Perú se mantuvieron prácticamente sin cambios, alcanzando un máximo histórico de 34.68 toneladas en 2001 y un mínimo de 34.21 toneladas en el segundo trimestre de 2000. Es importante resaltar que, como señalaba don Julio, «en general, los bancos centrales no compran oro a mineros». Sin embargo, también enfatizó que tanto Estados Unidos como Alemania poseen importantes reservas de oro: aproximadamente 800 mil millones y 330 mil millones de dólares, respectivamente, aunque no han adquirido oro en las últimas cinco décadas. Esto plantea la interrogante sobre su estrategia con respecto al oro, especialmente en un contexto donde la congelación y confiscación de reservas rusas en dólares y euros ha llevado a muchos países no occidentales a reconsiderar la seguridad de los bonos del Tesoro estadounidense.
Desde el inicio de la crisis financiera en julio de 2007, el precio del oro se ha revalorizado un 140 %, aumentando de 657 a 1,600 dólares la onza. Esta tendencia se ha visto acentuada por la creciente desconfianza en la solvencia de los Estados ante crisis financieras y la inyección de liquidez por parte de los bancos centrales. El segundo gran movimiento en el precio del oro ocurrió durante las políticas de emisión extrema durante la pandemia.
Ante esto, me gustaría preguntar a don Julio cómo ha manejado el Banco Central de Reserva del Perú la pérdida de valor en sus reservas en oro, dado que la realidad parece contradecir la afirmación de que Estados Unidos y Alemania buscan reducir sus reservas. Por el contrario, el aumento en las reservas de oro de los bancos centrales en todo el mundo es un fenómeno creciente.
Además, es crucial reconocer que el dólar estadounidense se ha depreciado un 98 % frente al oro en los últimos 50 años. Esto ayuda a explicar muchas de las políticas implementadas por la administración Trump, que buscaba recuperar el poder del dólar en la economía global.
Coincido con don Javier Díaz Orihuela en su análisis: «El oro se ha convertido en un activo clave en el escenario financiero actual, actuando como un refugio ante la incertidumbre global y la volatilidad económica. Los bancos centrales y grandes corporaciones están acumulando estratégicamente grandes volúmenes de oro, lo que ha llevado a un aumento en su cotización, que recientemente superó los 3,000 dólares por onza».
Perú, como el principal productor de oro en Sudamérica y uno de los diez primeros a nivel mundial, enfrenta un desafío ineludible: formalizar la producción de pequeños mineros en un sector que sigue creciendo y donde el oro continúa siendo un activo valioso.
A día de hoy, el total de reservas del Banco Central de Reserva asciende a 84,664 millones de dólares. Sin embargo, el 4 % en oro físico representa apenas 3,386 millones de dólares, mientras que el resto se encuentra mayoritariamente en billetes de dólares y depósitos en entidades bancarias internacionales.
Según el análisis de García Belaúnde, el oro físico ha experimentado un notable aumento, pasando de 1,270 dólares por onza hace 15 años a 3,020.96 dólares actualmente. Este incremento de 1,750.96 dólares coincide con una pérdida del 45 % en el poder adquisitivo del dólar.
Finalmente, es pertinente cuestionar si otros bancos centrales en el mundo mantienen reservas de oro en proporciones tan reducidas como las del Banco Central de Reserva del Perú. Según datos de IA-Google, los países sudamericanos con mayores reservas de oro son: Venezuela con 161 toneladas, Brasil con 130 toneladas, México con 120 toneladas, Argentina con 61.74 toneladas, Bolivia con 34.79 toneladas y Perú con 34.67 toneladas. Por debajo de Perú se encuentran Ecuador con 26.28 toneladas y Paraguay con 8.19 toneladas. A nivel mundial, Estados Unidos lidera con más de 8,000 toneladas, el doble que Alemania, que ocupa el segundo lugar, mientras que las reservas de oro en China alcanzaron las 2,279.56 toneladas en el cuarto trimestre de 2024.
En conclusión, el debate sobre la composición de las reservas del Banco Central de Reserva del Perú es esencial y debe ser abordado con seriedad y rigor, considerando las dinámicas cambiantes del contexto económico global y la importancia estratégica del oro como un activo refugio.