POR: JORGE ACOSTA ZEVALLOS (ECONOMISTA DEL CEM)
En el presente mes el tema del oleaje anómalo embravecido en el puerto de Ilo que ocurre periódicamente y que impide el acoderamiento de los buques de comercio exterior e interior ha sido nuevamente puesto en la agenda local de esta provincia, primero por el empresario Óscar Valdés Dancuart en el taller con la Autoridad Portuaria Nacional (ANP), por el administrador Moisés Arce Layme en reunión con consultores del MTC y también por el periodista Alberto Portugal Vélez en sus comentarios radiales. Ellos proponen la urgencia de contar ante la realidad marina la construcción de un muelle de protección o dique de abrigo.
La propuesta es reiterativa y hasta ahora es poco o nada lo que ha realizado al respecto. La idea no es nueva y hace quince años en Plan Maestro del Puerto de Ilo se reconocía que la ubicación del puerto esta semi protegida por la Punta de Coles para el caso de los vientos, corrientes marinas, visibilidad, no lo era tanto con las olas del mar que provienen del sudoeste que afectan las instalaciones portuarias que en el caso del Terminal Portuario Ilo se estima crea un 5% de improductividad, sin embargo los funcionarios de ENAPU de ese entonces sinceraron la improductividad en un máximo de 30 días anuales o un 8.3% anual en su máximo oleaje.
En el mismo documento de planificación portuaria se proponía sin especificar detales e ingenierías la construcción de un rompeolas y sus costos de dragado o limpieza, remoción y construcción ascendía a 87.43 millones de dólares sin incluir el IGV (véase Cuadro 01).
Han pasado tres quinquenios y seguimos abanderando el tema y los funcionarios de la Autoridad Portuaria Nacional (APN), Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), congresistas y presidentes no dicen nada porque solo miran a Lima y al Callao como si el resto del país no existiera lamentablemente. A pesar de ello, debemos seguir insistiendo pues somos testigos que en algunos periodos de tiempo de alta marea y oleaje los barcos no pueden embarcar y desembarcar mercancías físicas o liquidas, de esta manera perdemos competitividad, algunas embarcaciones se van a otros puertos con mayor seguridad.
La lección aprendida es que ya no podemos quedarnos solo en el pedido, deberíamos avanzar en formular nuestro perfil de proyecto sobre cómo debería ser el muelle de protección o dique de abrigo marino. La primera premisa es que tal construcción no solo tiene ser un terminal simple de protección o abrigo, tiene que tener sostenibilidad y rentabilidad y eso quiere decir que a la función de protección del oleaje debe añadírsele la oportunidad de otras actividades como el turismo, esparcimiento, estacionamiento de pequeñas embarcaciones o veleros y como no, hasta piscinas marinas y otras ideas objetivadas por expertos.
Es básico que el estudio nos ayude a definir si la obra de abrigo es Dique en Talud o Dique Vertical (Véase los gráficos) donde el primero tiene una estructura de soporte de grandes piedras y el segundo que está formado por cajones de hormigón de estructura rígida. O si es muelle de protección como seria su ingeniería y agregados.
En el mundo sobre el tema hay muchos referentes que cambiaron sus muelles dándole seguridad ante oleajes y valor agregado.
Un ejemplo es el Puerto de la Bajilla en Marbella (España) que gano un concurso a través de un Proyecto “Nuevo Puerto-New Port” cambiando el diseño original del puerto, añadiendo espacios para usos comerciales y atracción del turismo. Lo adjuntamos su grafico porque es el que más se aproxima a nuestro sueño portuario de uso múltiple, controlado oleaje y oportunidad de nuevos emprendimientos. Imitando lo bueno también se aprende.