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1 agosto, 2025 12:43 am

El fútbol, la lógica y la felicidad 

Por: Arnulfo Benavente Díaz 

¿Hay lógica en el fútbol? En el fútbol sí hay lógica, aunque no sea la lógica formal de la matemática o la filosofía. Existe una lógica inherente al fútbol, tanto a nivel estratégico como individual. Se puede observar en varios aspectos lo siguiente:

Lógica estratégica: a nivel de equipo, la elección de una formación y la táctica a seguir se basa en una lógica que busca maximizar las fortalezas del equipo y explotar las debilidades del rival.

También, la ejecución de las habilidades técnicas (regate, pase, tiro, etc.) requiere una lógica motriz que implica la coordinación de diferentes partes del cuerpo para lograr el objetivo deseado.

Es importante mencionar que en el fútbol también hay un componente importante de azar, improvisación y creatividad. La lógica del fútbol es, por lo tanto, una lógica probabilística, donde las decisiones y acciones buscan el triunfo.

Anotar un gol implica una secuencia de eventos inherentes. Cada pase, regate o tiro tiene una probabilidad de éxito o fracaso. La lógica del gol reside en maximizar la precisión en cada paso de la secuencia, desde la posesión inicial hasta el remate final.

Un remate apresurado tiene menos probabilidades de éxito que uno bien medido. La lógica temporal implica la capacidad de esperar el momento oportuno, aprovechando una oportunidad creada por una jugada elaborada o una situación fortuita.

Un gol es el resultado de una cadena de causas y efectos. No es solo una cuestión de acciones individuales, sino también de la estrategia global del equipo. La lógica de la estrategia se refiere a la planificación previa del juego, la elección de la formación, las tácticas ofensivas y la interacción entre los jugadores para crear situaciones de gol.

En realidad, la lógica y el éxito en el fútbol son complejos y multidimensionales: una combinación de lógica probabilística, espacial, temporal y causal, influenciada por la estrategia del equipo y la capacidad individual de los jugadores para optimizar sus acciones y aumentar la probabilidad positiva en cada etapa del proceso.

No es un tipo de lógica simple y única, sino una interconexión de varios tipos de razonamiento aplicados a un objetivo específico.

Pensamos que la felicidad es precisión, en el fútbol y en todo acto social. Para hacer un gol, hay que ser preciso. No basta correr. No basta tener fuerza.

Hay que mirar, pensar, decidir y ejecutar en el momento justo.

La felicidad no está solo en el gol. Está en cada pase bien dado. En cada jugada que fluye. En la armonía del cuerpo y la mente cuando juegas por completo.

Feliz es quien se entrega al juego con intención. Ser preciso no es ser perfecto. Es saber cuándo soltar y cuándo insistir, cuándo esperar y cuándo disparar.

La precisión es arte, no cálculo.

El equilibrio es el secreto. Como decía Aristóteles, el bien está en el medio. Ni exceso ni falta: orden y progreso. Ni rigidez ni caos: sabiduría en movimiento.

Juego el partido de nuestra vida cada día, con errores, sí, con tropiezos. Pero también con momentos brillantes. Y si juego con conciencia, ya estoy ganando.

La felicidad no es un trofeo. Es el modo en que juegas el partido: con precisión, con rigor, con alma, con presencia, porque en cada pase justo ya hay un gol.

Análisis & Opinión