POR: GUSTAVO VALCÁRCEL SALAS
Bernardo Landa Vizcarra en 1814 se sumó a la rebelión de Pumacahua, el 11 de noviembre proclamó la independencia de Moquegua. Por esta acción la entonces villa sería elevada a ciudad en 1823. A los pocos días se convierte en el principal debelador de la insurrección que apoyó.
En reconocimiento es designado gobernador y se vuelve perseguidor de patriotas. Seis años después, arrepentido, se une a las fuerzas libertadoras y en 1821 es el más eficaz colaborador de Miller en su exitosa campaña por el sur. Se refugia en Lima y retorna de incógnito al año siguiente con la misión de preparar la campaña a Intermedios.
Desembarca en Ilo, se dirige a Moquegua, recorre el valle, se comunica con amigos, toma nota de las fuerzas realistas, recoge información que pueda ser útil para la expedición que se preparaba.
Las autoridades no tardan en conocer sus correrías y de las reuniones que tenía con sus allegados. Con osadía se entrevista con el subdelegado Tadeo Ordóñez, quien al día siguiente informa al comandante Anselmo Gago y éste al brigadier Las Heras jefe en Arequipa. El brigadier reprende acremente a Ordóñez por no haber detenido a Landa; ordena su captura vivo o muerto; y a Gago, que fusile al rebelde luego de juicio sumario.
Se redobla el patrullaje, se extreman las medidas de vigilancia y se ofrece una recompensa por apresarlo. Una semana después, Landa fue sorprendido en la casa de Felipe Vélez. Opuso varonil resistencia, fue herido, arrestado y conducido al cuartel. Llevaba consigo unos papeles que fueron enviados al virrey, más un par de cartas anónimas.
Al día siguiente por la mañana, después de interrogarlo, lo conducen al sector del Huayco en Moquegua. Allí lo atan y fusilan por la espalda. Fue enterrado en tumba anónima. Eran las 9 de la mañana del 20 de julio de 1822, tenía 41 años. Anselmo Gago es premiado con 200 pesos como recompensa.
Miller en sus memorias, publicadas en 1828, dijo de Bernardo Landa que es de aquellos “cuyos nombres no se han citado especialmente, y reclama con justicia la historia”. Dos siglos después seguimos esperando la ley que lo proclame prócer y de un parque con su nombre.