En aras de mantener el título del mayor país productor de cobre a nivel mundial, la empresa chilena CODELCO viene reemplazando aproximadamente a un tercio de la fuerza laboral, habiendo inaugurado recientemente sus operaciones subterráneas en la centenaria mina de Chuquicamata, lo que ha implicado una inversión de US$ 5,500 millones de dólares, todo ello con miras a mejorar las actividades mineras para aumentar la productividad de la misma, toda vez que la producción de la minera estatal cayó a 1.68 millones de toneladas el año pasado, en comparación con 1.73 millones un año antes, lo que significa una disminución ostensible de sus reservas de mineral de mayor grado.
Ahora bien, este reemplazo de fuerza laboral humana por máquinas ha conducido necesariamente a la eliminación de manera progresiva de alrededor de 1,700 empleos en el proyecto Chuquicamata conforme las operaciones pasen de la minería a cielo abierto a la subterránea, por lo que CODELCO tiene como objetivo principal acceder al mineral de mayor grado a través de túneles debajo del pozo a fin de evitar una caída de producción en los próximos años.
En ese sentido, un alto funcionario de la empresa ha precisado que estas reformas nunca han sido ni serán del agrado de los trabajadores, sin embargo, es inevitable llevarlas a cabo, incidiendo en que la transformación en el proceso de producción minera tiene como principal aliada a la tecnología digital, siendo que esta conjunción de proceso y modernidad les ayudará a satisfacer los requisitos ambientales, reducir costos y empatizar con las comunidades de los alrededores del asiento minero.
Asimismo, la mina de Chuquicamata utilizará el método de excavación en bloques para extraer el mineral, siendo que el mismo es más eficiente y más barato que la minería subterránea tradicional, reduciendo el consumo de combustible en un 80% y la automatización aumentará la productividad de los trabajadores en un 40%, además que para el movimiento del mineral se utilizará cintas transportadoras, por lo que se necesitarán menos camioneros y trabajadores con diferentes habilidades, habiéndose previsto el cierre del tajo abierto para fines del 2020.
Al respecto debe de indicarse que la empresa chilena estatal CODELCO se ha visto obligada a optar por esta nueva tecnología de extracción minera en función a que sus reservas de cobre de mayor grado están por agotarse próximamente, lo que ha obligado a dicha empresa a buscar el metal rojo que le es más escaso, en las profundidades de la tierra, pero que sin lugar a dudas, este cambio forzado de tecnología contribuye significativamente con el medio ambiente en función a un menor consumo de combustible de hasta un 80%, así como el aumento de la producción de hasta un 40%, sin embargo, la parte negativa es la reducción de mano de obra humana y todo lo que ello implica, desde el punto de vista social.
Este cambio en el Perú, por el momento, resulta impensable y mucho menos tolerable en el seno de la fuerza laboral empleada en los diferentes proyectos mineros, posición que no necesariamente es compartida por los empresarios mineros, ya que estoy seguro de que ellos si están en la línea de la modernidad de sus empresas. Afortunadamente, la madre naturaleza nos ha bendecido con inconmensurables cantidades de recursos minerales, por lo que este cambio, por lo menos a mediano plazo no se vislumbra, lo que si no puede descartarse de plano es que la tecnología y su vorágine de progreso nos alcanzarán tarde o temprano.