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22 noviembre, 2024 11:45 am

¡¡Dónde… dónde estás amor!!

Por: Jack Chirinos Sarmiento

En los momentos en que uno medita sobre las cosas que nos pasaron, recuerda con mucha nostalgia a personas del pasado que uno quisiera que estén con nosotros, pero no lo están, me entra una enorme melancolía recordarlas. Es una historia sensible, espero les agrade.

Después de muchos de años de andar a salto de mata, sin rumbo y sin ideas. Donde la meta era vivir la vida, recordando un pasado que no volvería, añorando los buenos años que pasé al lado de mi familia, hubo buenas y malas situaciones, porque nadie era santo, pero creo que fue la mejor etapa de mi vida.

Encontré varias personas que llenaron mi corazón, con las que salimos, nos divertimos, nos vacilamos, el mundo era de nosotros, nosotros éramos el mundo. Hasta que en un abrir y cerrar de ojos todo se derrumba y vuelves a la realidad de volver a estudiar, volver a seguir al destino, pensando en los años que te esperan por trabajar, por volverte viejo.

Y después de muchos años, un día domingo por la mañana, abrí los ojos y vi cómo iban pasando los años, ya me empezaron a salir algunas canas, algunas arrugas y me dije: “hasta aquí nomás… ya fue suficiente! Me quedé dormido un par de horas más. Al día siguiente volví a ser el chico de antes y me sentí feliz.

Ahora te recuerdo, ahora veo tu rostro con mayor naturalidad que antes, ahora veo lo mucho que hiciste por mí, como a pesar de todos mis diablos internos, trataste de que cambie, me contemplaste en los peores momentos, me consolaste cuando no aguantaba más, pero tenía que salir adelante.

Ahora recuerdo tu llamada, en la que me decías que ibas a vivir la vida al igual que yo. Yo te dije, hazlo. Te quedaste sorprendida y aturdida. Seguro esperabas que te dijera; “No lo hagas… por qué”, y la discusión volvería. Te dije que seas feliz, porque tenía que hacerlo, para que te des cuenta lo duro que es vivir.

Después de ello, comenzamos a entendernos aún más, comprendiste mi forma de pensar y de vivir; por mi parte aprendí a entenderte. Aprendiste a medirme, cuando estaba feliz o cuando no, ya sabias cómo reaccionaba a ciertas cosas y eso me hacía feliz. Pero ya no estás y el tiempo pasó. Dónde te fuiste. El coro de una canción dice: ¡Dónde… dónde estás amor!

Con todo esto quiero decirles con sinceridad, que debemos tener un sexto sentido para saber qué clase de personas te rodean, quiénes de verdad te estiman y quiénes te buscan sólo por interés, cuando tengas muchas dudas consulta con tu corazón y con tus padres si es que los tienes, siempre digo esta frase: “más vale el diablo, por viejo que por diablo”, yo lo hice y las respuestas que obtuve SON COSAS MIAS.

Análisis & Opinión