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25 noviembre, 2024 11:02 pm

Dina: blanco de traiciones consumadas

A Dina se le va cerrando el círculo, está ganando tiempo o el tiempo le está ganando, lo cierto es que, en este momento, ya es blanco de traiciones consumadas que lo pusieron al borde del precipicio y le dan a escoger, declarar al país en estado de sitio, lanzarse al vacío, o, refugiarse entre rejas por largos años, salvo que el exilio lo salve de ambos viajes que son irremediables, mientras la calle arde, las voces crecen y los muertos también.

POR: ENRIQUE LAZO FLORES    

La crisis que vive el país a partir del 7 de diciembre el 2023, ha desencadenado en una creciente ola política de rechazo contra un Legislativo altamente dominado por el fujimorismo  y un Ejecutivo que es gobernado por un premier cómplice de un Congreso que hace despertar el rechazo que se plasman en las manifestaciones desde hace cinco semanas, hoy, con un saldo de  cincuenta y cuatro muertos que marcan la desastrosa gestión de una presidente que, lejos de llamar a recuperar la confianza, permite que el pueblo se desangre.

El expediente que la fiscalía abrió para investigarla por genocidio ya está en las manos de la presidente Dina Boluarte, no hay reversa, al margen de los heridos que ascienden a más de ochocientos treinta entre civiles y agentes de la policía, hacen sentar posición a Dina Boluarte quien dijo con énfasis forzada, que no renunciará al cargo de presidente. Claro mensaje de provocación que está costando más reacciones de un pueblo discriminado y estigmatizado como “indios”, “terrucos”.

A estas horas, se hace realidad las sórdidas maniobras de Dina quien “cocinaba” la traición a Castillo, aconsejada por los tentáculos que le hacían sentirse importante, por ser la primera mujer presidente en la historia del Peru, y le armaron la historia que hoy parece pesarle hasta el infinito, razón por lo que el archivamiento de la denuncia constitucional que la llevaría a ser defenestrada del congreso, la haría perder la oportunidad de ser la presidenta, o sea, desde esos momentos ya los traidores le “preparaban  la camita” para que asuma el cargo de presidente, porque estaban seguros que Castillo sería vacado si o si antes del 2023.

Los cálculos se dieron favorables para la extrema derecha, al vacar a Castillo automáticamente Dina Baluarte asumía la presidencia por sucesión, y sería la Primera  Presidente Constitucional Mujer del Peru, – aunque la vacancia de Castillo se debate en los fueros judiciales sobre su legalidad – y, desde el congreso, ya se cocinaba también un gabinete  “ad hoc”, que sería  un equipo que tendría la aceptación ante los ojos de la población, pese a que los conflictos en las regiones ya se calentaba al extremo. El momento era crucial para ella, tendría sus emociones encontradas, y no le dio oportunidad de medir sus cálculos para saber las consecuencias que le vendría al asumir la presidencia en esas circunstancias.

Hoy, Peru arde en llamas, los quechuas y aymaras le dicen ¡acá estamos y no somos terroristas”, pero Dina parece no escucharlos o no quiere hacerlo, lo cierto es que jamás imaginó empezar una gestión presidencial con 20 muertos que días tras día se fueron sumando hasta  llegar a este momento a sumar 54,  seguramente en sus momentos de soledad, ella, sabedora de su responsabilidad ha entendido que no era el momento de ser la presidente, una mandataria solitaria, sin un solo congresista de apoyo, sin bancada política, sola entre dos frentes que “le ajustan las clavijas” para que no renuncie, con un Congreso netamente fujimorista, y un gabinete igual que le escribe el discurso que debe hablar, cuando la dejan aparecer ante la opinión pública. Dina está secuestrada en cuerpo y alma y parece no tener salvación.

Es evidente que está secuestrada, es innegable que lo está, Dina Boluarte se ha convertido en la careta del fujimorismo, la máscara de un gobierno que maneja a su antojo el premier  Alberto Otárola, quien junto al Congreso la tienen allí sentadita, siempre lista para consolidar sus fines políticos y, vaya que lo están logrando, pese a los 54 muertos que manchan su gestión que debió ser histórica por ser la primera mujer en ese cargo, la historia la están escribiendo con sangre de la gente del Peru profundo, paradójicamente de sus coterráneos  porque ella también es de la sierra central, corre por su venas sangre quechua, gente aguerrida por naturaleza y por historia, pero les dio la espalda y los está matando.

Con la presencia de los verdaderos representantes de nuestra cultura ancestral en la capital Lima, se abre una nueva visión de país, no es la invasión de los 4 suyos, no es la Toma de Lima, es la propia reacción del pueblo andino que despertó ante la discriminación y la estigmatización, es la reacción de los olvidados, de aquellos a los que nunca les escuchaba sus voces, de aquellos que labran la tierra en los andes para abastecer las alacenas de los blanquitos de Miraflores, San Isidro, Surco, La Molina, de aquellos “limeñitos” que jamás entendieron que si los “cholos e indios” no labraran la tierra, no comerían,  es la voz de los pueblos que están siendo engañados por sus representantes en el congreso, los que venden su alma al diablo para no dejar la mamadera de vivir por levantar la mano para aprobar leyes que van contra este pueblo que hoy está en las calles.

No hay asomo de solución a esta crisis, la oportunidad de gobernar de Dina Boluarte, se le fue de las manos, ella quiere salir corriendo y renunciar a todo, empero, por más que quiera renunciar, no la dejarán, aun les es útil para los intereses de los que gobiernan el país en este momento, ella como todo mortal de carne y hueso debe estar pasando pesadillas con los ojos abiertos, cuantas veces se habrán roto las relaciones con su premier Otárola, quien sería el primero en enviarla al cadalso, luego que no le sirva para sus intereses, o quizás no le quede otra alternativa de buscar un asilo político, porque esta crisis no va durar lo que este congreso quiera, sino, lo que el pueblo decida en los próximos días, a pesar que haya congresistas que piden se apresure Dina en declarar el Estado de Sitio, para soltarla y la Fiscalía lleve adelante su denuncia constitucional para encerrarla y evitar así una guerra civil que podría costar miles de muertos.

Las condiciones se están dando, la gente ya no cree en el discurso de la derecha, La ONU y el CIDH han comprobado que el Peru que está en las calles, son los discriminados, los olvidados, los estigmatizados de “terrucos”, “vagos”, los siempre discriminados, dispuestos morir por su patria y mientras ella invita al diálogo  ya tiene el avión listo para zarpar en un viaje al exilio, porque la traición ya está hecho y solo es cuestión de horas para firmar su sentencia, luego, el trio diabólico del Premier, el Congreso y la Fiscalía de la Nación, lo soltarán en la vía de donde no podrá salir, salvo que sus “protectores” hasta hoy, negocien una salida “sin consecuencias” para nadie, pero que el ella al fin tendrá que rendir cuentas por los muertos, eso será el epílogo del mandato de una presidente histórica por la sangre derramada y no por ser la primera mujer que supo gobernar a su país de 33 millones.

A Dina se le va cerrando el círculo, está ganando tiempo o el tiempo le está ganando, lo cierto es que, en este momento, ya es blanco de traiciones consumadas que lo pusieron al borde del precipicio y le dan a escoger, declarar al país en estado de sitio, lanzarse al vacío, o, refugiarse entre rejas por largos años, salvo que el exilio lo salve de ambos viajes que son irremediables, mientras la calle arde, las voces crecen y los muertos también.

Análisis & Opinión