POR: ABOG. JESÚS MACEDO GONZALES
El 1 de octubre es el Día del Periodista, un día para honrar al profesional que beneficia a todos con la verdad comunicada, ya sea de manera escrita, hablada, televisada o virtual. Este profesional, a través de su mensaje informativo, interpretativo o de opinión, saca a la luz las verdades ocultas del poder que oprime, engaña o adormece, intentando hacer del mundo un lugar mejor desde algún medio de comunicación.
No cabe duda del rol esencial de vigilante o interlocutor que desempeña un periodista en nuestra sociedad. En la década de los 90, cuando me iniciaba como corresponsal de Radio Yaraví en Arequipa y utilizaba mi grabadora reportera con casete, la transparencia no era un principio en el Estado. Era un valor que un periodista debía presionar para que el Estado brindara información y no escondiera la verdad.
Recuerdo que, en algunas ocasiones, me tocó hacer transmisiones en vivo de los procesos electorales. Cuando algunos policías impedían el ingreso de la prensa a los locales de votación, en plena transmisión de radio solicitaba un pase para informar que la policía en la institución educativa X no quería dejarnos entrar. Bastaba una llamada a la radio para que las puertas de la transparencia se abrieran.
Hoy, muchos oyentes tienen la posibilidad de utilizar algún medio de comunicación para visibilizar sus problemas dentro de la agenda pública. Los ciudadanos y ciudadanas pueden solicitar que algún periodista haga eco de este pedido, convirtiéndonos en los interlocutores entre el Estado y la sociedad civil. A todos estos interlocutores va mi homenaje.
También rindo homenaje a aquellos periodistas que investigan la verdad, que no ofrecen información sensacionalista, sino que buscan al protagonista directo para que les diga la verdad. Mi reconocimiento va para los periodistas profesionales que se documentan y realizan periodismo de investigación, destapando actos de corrupción, como ha sucedido en la historia de nuestro país.
Además, homenajeo a todos los periodistas que, para conseguir la información y estar en el lugar donde ocurren los hechos, ponen en peligro su vida, enfrentándose a las inclemencias del sol, del frío o a las protestas que deben cubrir. También a aquellos que sufren el abuso de algún tirano que intenta silenciarlos injustamente porque su labor cuestiona una realidad que no queremos ver. Cuando estudiaba periodismo en la Universidad Jaime Bausate y Mesa, me enseñaron que el rol de los medios de comunicación es educar, entretener e informar. Felicito a todos los colegas que, desde algún medio, brindamos educación alternativa. Rindo homenaje a los periodistas que, con sus programas de entretenimiento, hacen la vida de las personas más llevadera y acompañan a la gente en la calle, en el trabajo, en el taxi y en todos esos momentos en los que sentimos que un periodista aclara y acompaña nuestra vida. Esta es una responsabilidad fina y exigente.
También honro a los periodistas que brindan información pertinente, veraz y oportuna, porque cuanta más información tenga el ciudadano, más empoderado estará y menos engañado será. Por eso, feliz Día del Periodista a quienes combaten la mentira con su trabajo y cuestionan el poder, ya sea desde arriba o desde abajo, estableciendo los vínculos comunicantes que nuestra sociedad necesita.
Feliz día a todos los periodistas que, muchas veces, dan voz desde la radio, prensa, televisión o redes sociales, y a los protagonistas de la historia de nuestro país. Ellos organizan campañas solidarias para ayudar a la gente y cumplen el rol de constructores de la verdad, articuladores de la solidaridad e interlocutores de la sociedad, sacrificando muchas veces tiempo con su familia y proyectos personales. A todos les deseo un feliz día y, por supuesto, un fuerte abrazo para mis colegas del Diario La Prensa Regional y su comité directivo en Moquegua, así como para Radio Yaraví de Arequipa, que me permiten ejercer el periodismo interpretativo y de opinión desde estas plataformas.
